Por Mónica Cervantes
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Comprender la dinámica actual de la movilidad humana en el contexto mexicano, implica reconocer y visibilizar las situaciones de vulnerabilidad a las que se ven expuestas miles de personas que, de manera forzada han tenido que abandonar sus hogares en país de origen para garantizar su seguridad, supervivencia y mejorar sus condiciones de vida. Los riesgos latentes que enfrentan las personas en movilidad humana a lo largo de las distintas rutas migratorias, se ven agravados de manera directa por: la falta de acceso a información verificada, limitados recursos para satisfacer sus necesidades básicas, pocos espacios seguros y dignos para alojarse y la sistemática violación de sus derechos y acceso a servicios públicos. 

Las consecuencias de estas situaciones evidencian las urgentes necesidades humanitarias de las niñas, niños, adolescentes y familias en situación de movilidad en un país como México. Responder de manera oportuna para garantizar su supervivencia y dignidad humana ante este desalentador escenario, requiere de acciones conjuntas que garanticen su protección integral. La colaboración entre actores humanitarios y las autoridades del sector público, en conjunto con sociedad civil y la academia, es vital para generar dinámicas de trabajo que pongan en el centro a las familias y personas migrantes con respaldo del marco legal.

Ante este escenario, es urgente garantizar la supervivencia, bienestar y dignidad humana de las niñas, niños y adolescentes en movilidad por medio del establecimiento de espacios seguros en donde ellos y ellas puedan recuperar la sensación de normalidad en sus vidas y tener un apoyo psico emocional ante las diferentes situaciones de violencia a las que se han visto expuestos.

Desde la experiencia de las organizaciones internacionales que brindan ayuda humanitaria a personas refugiadas, solicitantes de refugio y migrantes, se han realizado iniciativas enfocadas en la etapa de primera infancia de niñas y niños, quienes viajan junto con sus madres, padres y cuidadores. Estas acciones se han visto enfocadas a garantizar la protección de esta población, ya que es una etapa fundamental en el desarrollo de los seres humanos debido a la importancia que esta representa para la maduración cerebral, la creación de conexiones neuronales y el desarrollo de habilidades cognitivas, emocionales y sociales.

Se ha impulsado el establecimiento de espacios seguros de primera infancia y lactancia, los cuales son cruciales en contextos de movilidad humana, ya que se genera un espacio de protección y cuidado, proporcionando un entorno seguro y libre donde niños y niñas pueden recibir cuidados y atención adecuada, reduciendo el riesgo de abusos, explotación y otras formas de violencia, coadyuvando a su supervivencia. Se promueve la lactancia materna, ya que ésta es esencial para el desarrollo, nutrición y el bienestar de los bebés. En contextos de movilidad humana, las madres pueden enfrentar desafíos adicionales para amamantar debido a condiciones precarias y el estrés. Un espacio de lactancia materna proporciona un entorno cómodo y adecuado donde las madres pueden amamantar a sus bebés y recibir apoyo en caso de enfrentar algunas dificultades. También, se abordan medidas enfocadas a la promoción de la salud para prevenir enfermedades. 

Aunado a estos espacios que pueden establecerse en refugios, albergues y espacios temporales, es importante garantizar que en cualquier entorno que convivan las niñas y niños en primera infancia, ellas y ellos tengan acceso a: servicios de salud integrales, alimentos saludables y nutritivos, a un esquema completo de vacunación, medicina preventiva y control del crecimiento y desarrollo; así como el acceso de madres, padres y cuidadores a orientación jurídica para garantizar el derecho a la identidad y reconocimiento de un estatus migratorio para sus hijos e hijas. Por otro lado, el acceso a la educación preescolar es de vital importancia en esta etapa de desarrollo ya que se cuentan con espacios de aprendizaje, juego y esparcimiento.

Si bien, los retos en materia de primera infancia en movilidad en el contexto mexicano son muchos y complejos, la suma de esfuerzos y colaboración de los actores clave, desde autoridades locales, sociedad civil y organizaciones internacionales, es el pilar para detonar procesos de acompañamiento integrales en donde las niñas y niños compartan sus intereses y necesidades para enfocar el actuar conjunto en pro de su protección y bienestar.

* Mónica Cervantes es licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México, Especialista en Migración Internacional por El Colegio de la Frontera Norte y egresada de la Maestría en Estudios de Migración Internacional de El Colegio de la Frontera Norte.

Durante su trayectoria profesional se ha desempeñado dentro de diversas organizaciones no gubernamentales internacionales, como son; Médicos Sin Fronteras y Save the Children; brindando soporte directo a la implementación de proyectos humanitarios en contextos de migración y desplazamiento en las fronteras norte y sur de México.

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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