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Por Aidée Zamorano

Ya no estamos en 2020 para lavar cada compra del súper, poner tapetes sanitizantes y llenar de gel antibacterial las oficinas. Estamos en otoño de 2024, pero parece que el entendimiento sobre el COVID ha avanzado poco. Aún muchas personas creen que el frío “provoca” enfermedades respiratorias o, peor aún, que el COVID es solo “una gripita”.

Una mala comunicación de riesgos puede causar un desastre en salud pública, y la desinformación sobre el SARS-CoV-2 es un claro ejemplo. No me recupero de la crisis que desató la irresponsable comunicación de la OMS (Organización Mundial de la Salud) al anunciar el fin de la emergencia sanitaria en 2023, dejando una falsa sensación de seguridad. Desde entonces, estoy harta de explicar por qué uso cubrebocas. Esta semana, dejé un proyecto por la insistencia de quitármelo; entre las microagresiones y la ignorancia disfrazada de bromas (“¡con esa sonrisa, no deberías taparla!”), me cansé. Al final, dije: “Soy parte de la población de riesgo, y mis hijos también”, y con eso, se callaron. Lo que no quisieron entender es que todas las personas somos vulnerables al riesgo por COVID.

Usar cubrebocas es una capa de protección extra para todas las personas. Hoy sabemos que el SARS-CoV-2 se transmite por aire, NO por saliva, ni por contacto, ni tampoco entra por los zapatos. El virus está en el aire que exhala una persona infectada. Mi amiga, la Dra. Verónica Athié, lo describe perfecto: “Piensa en el COVID como el humo de un cigarro; aunque las personas que fumaban ya no estén en la misma habitación que tú, el olor sigue ahí, y con el virus es igual, solo que desafortunadamente no puedes olerlo.”

Verónica implementó un protocolo de gestión de riesgos en varias escuelas privadas de la CDMX, con ventilación natural, monitoreo de CO₂, uso de mascarillas e incluso con la construcción de ventanas y constante educación para el personal, familias y estudiantes, mantuvieron la escuela libre de brotes internos hasta el final del ciclo 2022-2023.

Así que, ¿por qué seguimos cuestionando el uso de mascarillas, especialmente en espacios cerrados como el transporte público, teatro, cine, aulas, supermercados, y demás? Usarlas nos conviene.

No, el COVID no es un virus estacional. Es una enfermedad multisistémica que genera inflamación en órganos vitales. Hoy en EE. UU. hay más de 6 millones de niños con Long Covid; en España, el número llega a 600,000, y en México, no tenemos datos.

¿Será más fácil usar cubrebocas o lidiar con una crisis de cuidados especiales que parece inevitable? ¿Qué país podrá atender a las personas que este virus silencioso dejará con múltiples discapacidades?

Si hace frío es momento de abrir puertas, ventanas y ponerte un cubrebocas.

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