Por Alejandra Ambrosi
Vivimos en un país donde, con demasiada frecuencia, las voces de las mujeres son silenciadas, ignoradas o minimizadas. Hilos es un acto de resistencia ante ese silencio. Esta obra no solo cuenta la historia de Ema, una mujer rota por la violencia de género; es un grito que exige ser escuchado. Con cada hilo que se teje, se deshacen nudos de dolor, de injusticia, y se abren espacios para la reflexión, la acción y la esperanza.
Este proyecto es profundamente personal. Actúo, dirijo y produzco Hilos porque decidí tomar los hilos en mis manos para contar esta historia, tan necesaria como humana. Lo hago desde las entrañas, con toda mi dedicación al teatro como un espacio de sanación, donde las voces se entrelazan para crear empatía y cambio.
Hilos es la travesía de Ema, una mujer que debe enfrentarse a una sociedad patriarcal que la señala, y busca reconstruirse después de perderlo todo: su pareja, sus amigas, su familia y su trabajo. Con una propuesta visual y sonora envolvente, entramos al mundo de Ema. A la par que ella recuerda, sueña, siente, ríe, llora y grita, nos invita a reflexionar sobre nuestras propias historias, a levantar la voz y a desatar los nudos que nos atan, con valentía y amor propio.
Elegí contar la historia de Ema porque, como muchas mujeres, he llegado a guardar silencio por miedo. He aprendido, a lo largo del tiempo, que el silencio también nos convierte en cómplices. La violencia de género no es un problema individual, sino una herida colectiva que nos atraviesa a todos. Los hilos de esta violencia comienzan a tejerse desde la infancia, a través de los roles impuestos, de las jerarquías invisibles y las expectativas que nos obligan a apagar nuestras propias voces.
Recuerdo con cariño cuando era niña que mi madre usaba su máquina de coser para hacer mis vestidos y los de mi hermana. Cada puntada era un hilo que tejía nuestra vida y nuestro destino. En mi hogar, a veces esos hilos eran tensos y desiguales, y en ocasiones se tejían en forma de violencia y desigualdad, como sucede en tantas otras familias. Ahora, siento que es nuestra responsabilidad deshacer esos nudos y cortar esos patrones destructivos. Es necesario cuestionarnos sobre los tejidos que nos rodean y reconocer que somos parte de esta trama social.
Hilos es la historia de Ema, pero también podría ser la de María, Paola, Lucía, o tantas otras mujeres cuyas voces han sido silenciadas. Creo profundamente en el poder del teatro para generar empatía, no solo despertando la conciencia, sino también tocando las fibras más internas de nuestro ser para provocar un cambio real.
Los invito a acompañarnos en este viaje transformador todos los martes a las 8:30 p.m. en el Foro Lucerna. Hilos no es solo una obra de teatro; es un reflejo de nuestra sociedad, una invitación a sensibilizarnos, cuestionarnos y, sobre todo, a actuar. No podemos seguir callando. Es momento de deshacer los nudos de la violencia que nos han atado por generaciones y tejer, con nuestras propias manos, una realidad más justa. Este es el grito de Ema, el mío, el de tantas mujeres. ¿Y tú? ¿Qué harás con tus hilos?
Funciones:
Martes 8:30 pm en el Foro Lucerna hasta el 17 de diciembre.
Boletos disponibles en ticketmaster o directamente en taquilla.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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