Por Alejandra Latapi
Si las campañas políticas tienen por objetivo dar a conocer las propuestas de quien busca gobernar queda perfectamente claro que la candidata Sheinbaum ofreció en cada uno de sus eventos continuar con el proyecto del gobierno en turno. Lo llamó cada día “el segundo piso de la transformación”. De igual manera, los reportes de la cobertura informativa dieron cuenta de la repetición de un indispensable “plan C”. La entonces candidata contaba a casi todas sus audiencias los daños que instituciones de la República provocaron en su vida cotidiana. De ahí pasaba a preguntar si tenían confianza en ellas o preferían reformarlas. A tal narración sólo correspondía avalar y aplaudir el plan para reconvertirlas o desaparecerlas.
No hay engaño alguno. Viviremos continuidad, tendremos algún segundo piso y podrá aumentar el desmantelamiento institucional. De las 97,446,198 personas inscritas en la Lista Nominal del INE, 36,069,110 -según los datos del Cómputo Distrital- así lo decidieron. Más de 61 millones de mexicanas y mexicanos, no. A esa mayoría de quienes no votamos por la opción de Morena debería rondarnos, al menos, la necesidad de preguntarnos por el porvenir.
Comparto algunas de las inquietudes que voy coleccionando: