Por Alejandra Latapi
Las expectativas más que superadas. La emoción desbordada por la respuesta al llamado para detener la agresión institucional. Las fotos, los videos, los mensajes en consigna y formando tendencia en las redes: #YoEstoyEnLaMarcha, #YoSíVineALa Marcha, para volver a repetir y repetir que #ElINENoSeToca, que para eso vine a la marcha. La guerra de cifras, el silencio de las televisoras en la noche, la cobertura en diarios locales, nacionales y extranjeros. La satisfacción del deber cumplido frente a la dimensión de la responsabilidad por las consecuencias. Todo junto al día siguiente. Y la certeza de saber que no hay tiempo para celebrar sino urgencia por continuar y crecer.