Por Alma Rosa García Puig
Viví muchos años en una relación que pensé que me llenaba completamente. Solía soñar con envejecer al lado de mi pareja y mis hijos. Sin embargo, algo cambió abruptamente esta fantasía y fue nada menos que enfrentar la realidad… Ahí estaba, ahí siempre estuvo, solo que no la quise ver. Una realidad dolorosa, que te rompe y te desgarra.
Siempre dicen que la vida te pone señales y te empuja a tomar la mejor decisión para ti, pero lo que solemos hacer es patear el balón, postergar el tomarla y meter eso que nos incomoda, debajo del tapete, una y otra vez. Sin embargo, lo que no se cambia, repite. Y es así como la vida, cuando menos lo pienses, te empuja a dar ese paso que no querías dar. Todo aquello que no quieres enfrentar, se te vuelve a presentar hasta que hagas algo al respecto.
Me quedé en una relación y me perdí. No sé ni cuándo ni cómo, pero al final, me convertí en una persona completamente distinta a la que soy. De repente, ya no me reconocía a mi misma. Acepté cosas que nunca debieron de suceder, acepté situaciones inaceptables ante los ojos de cualquier mujer, no sé si fue por amor, por necedad, por mis hijos o por miedo al fracaso.
Así como Liz Gilbert escribe en su novela Eat Pray Love, un día me descubrí a mí misma encerrada en el baño, llorando y siendo completamente infeliz. En ese momento entendí que la mejor decisión que podría tomar era emprender mi propio viaje, aunque eso implicara romper con lo que siempre había soñado y con la familia que siempre quise tener.
Fue así, como gracias a ese momento de valentía, ese instante de sanidad, di el paso. Comencé mi propio viaje y solo puedo decir que ha sido completamente esperanzador. Me he enfrentado a mis propios demonios, pero también, me he enfrentado al espejo que me muestra mi fuerza, mi valentía y mi luz.
Hoy, agradezco a todos los maestros que la vida me pone enfrente. Hoy sé que puedo con todo. Hoy soy de nuevo la mujer que siempre he sido. Y aunque parezca que perdí mi hogar, la realidad es que lo recobré. Hoy he vuelto a casa.
Porque regresar a casa es volver a mirarte, regresar a ti. Entender qué es lo que realmente te mueve, te apasiona. Volver a casa es regresar a tu centro, recobrar tu fuerza y tu valía. Volver a tu esencia. Es reencontrarte contigo misma y entender que a pesar de los errores, siempre puedes volver a ese lugar donde siempre estarás bien.
Hoy sé, que no importa cuántas veces te equivoques. No importa que te caigas, lo realmente importante es que te vuelvas a levantar. Busca regresar a tí; a ese lugar donde siempre estarás a salvo. Ese lugar donde no importa el tamaño de la tormenta, podrás encontrar la paz y la calma. No hay receta clara, salvo amorosamente aceptar tus desaciertos y aprender de ellos, sin miedo, sin culpa, pero sobre todo, saber que tu hogar siempre serás tú... nadie más.
Elizabeth Gilbert estará este miércoles 25 de octubre de 2023 en el Auditorio BlackBerry en la Ciudad de México. Si no tienen sus boletos, tenemos una promoción especial de suscripción a Opinión 51 + boleto para ver Liz, solamente vigente este martes 24 de octubre de 2023.