Por Ana Cecilia Pérez

En un mundo donde la tecnología digital se integra cada vez más en todos los aspectos de la vida, la ciberseguridad se ha convertido en una prioridad crítica. México y la región latinoamericana enfrentan desafíos únicos que exigen una acción gubernamental decidida y estratégica. Con el cambio de administración en México, existe una oportunidad imperdible para reforzar las políticas de ciberseguridad, asegurando así la protección de la infraestructura crítica, la privacidad de los ciudadanos y la integridad de las instituciones.

México, al igual que sus vecinos regionales, ha experimentado un aumento significativo en los incidentes de ciberseguridad, desde ataques dirigidos a instituciones financieras hasta brechas en datos gubernamentales. Estos incidentes no solo revelan la vulnerabilidad de las redes actuales sino también la necesidad urgente de una estrategia de ciberseguridad más robusta y coherente. Los desafíos son amplios y abarcan desde la falta de infraestructura adecuada y escasez de talento especializado hasta una legislación que no acompaña el ritmo de las amenazas emergentes.

Entendiendo lo anterior, las acciones que deben clasificarse como prioritarias son:

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.