Por Ana Cecilia Pérez
La ciberseguridad se ha transformado en un pilar fundamental de la economía mundial, especialmente en una era dominada por la tecnología y la interconexión digital. Medir los índices económicos asociados a la ciberseguridad es crucial no sólo para evaluar la eficacia de las políticas y estrategias actuales, sino también para entender su impacto directo e indirecto en la estabilidad y crecimiento económico de los países.
De acuerdo con las proyecciones de Gartner, se espera que el gasto mundial en ciberseguridad alcance aproximadamente $212 mil millones en 2025, lo que representa un aumento significativo comparado con los 75 mil millones invertidos en 2013. Este crecimiento está impulsado en gran parte por la adopción de inteligencia artificial, especialmente la IA generativa (GenAI), que está fomentando inversiones en seguridad en diversas áreas .
En América Latina, la inversión en ciberseguridad también ha crecido, pero a un ritmo moderado, según un reporte reciente de Mordor Intelligence, la región ha visto un incremento en su gasto en ciberseguridad, con un tamaño de mercado estimado en USD 8.92 mil millones en 2024 y se espera alcanzar los USD 12.48 mil millones para 2029,
Específicamente en México, la inversión ha seguido una trayectoria similar a la de América Latina, aunque con particularidades que reflejan desafíos únicos, como un alto índice de cibercrímenes financieros. El país ha aumentado su gasto en ciberseguridad en aproximadamente un 13% anual en la última década, según reportes del gobierno y organizaciones privadas.
Por su parte, el cibercrimen, se ha establecido como una industria global lucrativa, con costos para las economías mundiales que alcanzan aproximadamente $600 mil millones, o cerca del 0.8% del PIB global, de acuerdo con un informe de McAfee y el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. Esta cifra pone de relieve no sólo la magnitud de la amenaza, sino también la necesidad crítica de inversiones robustas en ciberseguridad.
La inversión en ciberseguridad es más que una medida preventiva; es un componente esencial del crecimiento económico sostenible. Para países como México y regiones como América Latina, donde el cibercrimen continúa siendo un desafío significativo, es urgente no solo mantener, sino acelerar, el ritmo de inversión para alentar un futuro económico más seguro y próspero.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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