Respira
Por Ana Cecilia Pérez
La economía del cibercrimen ha crecido exponencialmente en la última década, convirtiéndose en una industria multimillonaria que opera en las sombras de la economía global. Este crecimiento no solo refleja la evolución y sofisticación de las tácticas empleadas por los ciberdelincuentes sino también el vasto y a menudo vulnerable espacio digital que empresas y particulares navegan diariamente. A continuación, se explora la dimensión económica del cibercrimen, sus implicaciones y cómo individuos y organizaciones pueden protegerse.
La magnitud del cibercrimen
El cibercrimen abarca una amplia gama de actividades ilícitas, desde fraudes financieros, robo de identidades, hasta ataques a infraestructuras críticas y ransomware. Según Cybersecurity Ventures, se espera que el costo global del cibercrimen alcance los $10.5 billones anuales para 2025, un aumento significativo desde los $3 billones en 2015. Esta cifra no solo incluye el dinero robado o el costo de los rescates pagados sino también los gastos asociados con la interrupción del negocio, la pérdida de productividad, el robo de propiedad intelectual, y el daño a la reputación de las organizaciones afectadas.
