Por Ana Vanessa González Deister
Hablar de inclusión laboral femenina es hablar de empoderamiento económico de las mujeres. En la actualidad existe una brecha de desigualdad de ingresos, así como de acceso a recursos financieros para las mujeres que deciden emprender. El tema es relevante para avanzar hacia una verdadera igualdad de género.
El empoderamiento económico de las mujeres es indispensable para asegurar la participación equitativa en el ámbito laboral y que las mujeres tengan acceso a trabajos dignos y a la protección social que implica un trabajo formal. El que las mujeres accedan a salarios de calidad asegura que puedan tener el control de sus recursos y que, con ello, decidan sobre su tiempo, su cuerpo y su vida. También implica un empoderamiento en el sentido de participar en las decisiones políticas y económicas que afectan su vida, es decir, que tengan un peso importante en la determinación de políticas públicas para asegurar condiciones que les permitan desarrollarse profesionalmente.
De acuerdo con diferentes estudios de ONU Mujeres, el incremento de la inclusión de mujeres en el mercado laboral ya sea como empleadas o como empleadoras, es decir, como emprendedoras, provoca que las economías crezcan. Cerrar las brechas de desigualdad implicaría un incremento de producción y de ingresos, por lo que el impulso de políticas que lo hagan posible, debería ser una prioridad asegurando que los servicios de salud y de cuidados sean los adecuados para que las mujeres desarrollen sus habilidades profesionales con tranquilidad.
Otro aspecto igual de relevante para asegurar el empoderamiento económico de las mujeres es la mejora de la educación de niñas y jóvenes en las habilidades que requiere el mercado laboral. En este sentido las sociedades deben dotar de contenidos útiles a las mujeres, basados en ciencia y tecnología, además de tener la flexibilidad para adaptar dichos contenidos a las necesidades globales. El hecho de que las niñas y mujeres se sientan capaces para acceder a la economía con las habilidades necesarias que les permitan competir, beneficia a todo el sistema. Las empresas y las instituciones públicas se benefician del incremento de mujeres en todos los niveles, desde los de entrada hasta los de dirección pues se ha demostrado que se incrementa la eficiencia de la organización y se potencia el crecimiento de las empresas. Todo ello también tiene un impacto positivo en el impulso a un desarrollo más inclusivo y sostenible.
En el libro Tiempo de Mujeres, coordinado por Karina Vaquera, se exploran desde diferentes perspectivas, los retos de las mujeres para alcanzar la igualdad. Se reconoce que todavía prevalecen aspectos culturales en nuestra sociedad que limitan el acceso equitativo de las mujeres al empleo, pero también se analizan los avances del empoderamiento económico femenino, particularmente, en nuestro país.
*Abogada y Politóloga; asesora en el Consejo General del Instituto Federal Electoral de 1999 a 2008; consejera electoral del Consejo Local del INE en el Estado de México en 2012, 2015 y 2017. Desde 2013 es directora de Fomento Social Banamex, A.C.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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