Por Ana Cecilia Pérez
Centro México Digital ha presentado los resultados del Índice de Desarrollo Digital Estatal (IDDE) 2024, los cuales reflejan un panorama mixto para México. Aunque se observan avances significativos en ciertos aspectos de la digitalización, las brechas persistentes y el lento progreso en áreas críticas subrayan la necesidad urgente de políticas integrales y acciones coordinadas.
Dentro de los avances destacables están el despliegue de redes móviles, particularmente el crecimiento de la tecnología 5G y los centros de datos edge, evidencia de que México está dando pasos firmes hacia una conectividad más avanzada. Estados como la Ciudad de México y Baja California son ejemplos de cómo un enfoque estratégico puede posicionarlos como líderes en infraestructura digital. Además, el incremento en el uso de Internet entre adultos mayores y en zonas rurales es un signo alentador de inclusión digital.
A pesar de que la velocidad de banda ancha fija aumentó un 39%, la cobertura sigue siendo limitada, y sólo el 43.5% de los hogares cuenta con una computadora. Estos indicadores no solo reflejan desigualdad, sino que también comprometen el desarrollo de competencias digitales esenciales para el futuro.
La disminución del acceso a computadoras e Internet en las escuelas es un dato alarmante. Un retroceso del 17% y 18%, respectivamente, no solo limita las oportunidades educativas, sino que profundiza las desigualdades sociales. En un mundo donde la tecnología es un motor de progreso, esta desconexión pone en riesgo la formación de las futuras generaciones.
Invertir en infraestructura tecnológica para las escuelas, capacitar a docentes y diseñar currículos adaptados a la era digital no es solo una necesidad, sino una obligación si queremos construir un México competitivo y equitativo.
El IDDE también pone en evidencia la limitada inversión en ciberseguridad por parte de las empresas. Solo el 22% cuenta con medidas adecuadas para protegerse de amenazas digitales, lo que las deja vulnerables y frena el desarrollo de una resiliencia empresarial sólida. Asimismo, el uso de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial y blockchain se mantiene en niveles alarmantemente bajos (7%).
El IDDE 2024 nos deja lecciones claras: el desarrollo digital no puede avanzar de manera aislada. Es necesario un enfoque equilibrado que atienda a la infraestructura, habilidades digitales e innovación tecnológica. Las políticas públicas deben priorizar la reducción de brechas y la creación de ecosistemas que fomenten la colaboración entre el sector público, privado y académico.
Sin embargo, la oportunidad histórica que representan el nearshoring y la nueva Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones debe ser aprovechada para impulsar una agenda digital integral. Esto no solo fortalecerá nuestra economía, sino que también permitirá un desarrollo más inclusivo y sostenible para todos los mexicanos.
El futuro digital de México está en juego, y cada decisión que tomemos hoy determinará el país que tendremos mañana.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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