Por Ángeles Mariscal
Creemos que, en la escala evolutiva, las personas estamos en el nivel más alto que las otras especies. Comparar al ser humano/humana con un grupo enorme de ovejas que buscan en una estepa salir del corral, nos parece una grosería; pensar que los gobiernos manipulan a las personas como hatos ganaderos, suena aún peor. Pero esa es la imagen que me viene a la mente cuando pienso en las más de 15 mil personas migrantes que en sólo tres días el gobierno mexicano movió de la frontera sur a la frontera del norte, para abrir espacio y recibir a los nuevos deportados que el gobierno de Estados Unidos empezará a mandar.
No se trata de que las y los migrantes fueran obligados a ir contra su voluntad al norte, ya que estaban atrapados en el proceso de contención migratoria que, desde hace varias décadas, pactan los gobiernos de Estados Unidos y México, para mover el flujo según los vaivenes políticos y económicos de ambas naciones.