Por Areli Paz
De aquí a que termine enero será siempre buen momento de desear feliz año. Enero es el mes que nos confronta con la verdad de nuestra vida, actos, actitudes, gastos y planes, la cuesta de enero no solo suele ser financiera, también emocional.
Muchos y muchas se dicen: “ahora sí haremos ejercicio, ahora sí, bajaremos de peso, ahora sí voy por el ahorro, ahora sí me cumpliré con lo prometido, ahora sí dejaré a la gente tóxica de mi entorno, seré más paciente y menos enojona o enojón. Ahora sí viajaré, ya voy a sentarme a escribir lo mío, ahora sí renovaré mi casa ” y sacan o sacamos una lista de propósitos que tienen buzón de espera o palomita de visto como en el whatsapp.
Los más optimistas dicen que después del 2 de febrero planean la dieta.
Los más osados dicen no esperar nada, que la vida se acomoda y ya irán viendo.
Los más cínicos creen que no hay nada que cambiar, que van por el lugar con la actitud más correcta.
Los más románticos creen que cambiando de look o de ropa serán diferentes.
La frase de año nuevo, vida nueva es una mentira repetida y vacía. No lo digo yo, lo dice Arthur C. Brooks, un profesor de Harvard que ha estudiado la felicidad, en concepto y práctica. Su análisis revela que el deseo universal de cambio año con año, se queda en propósito justo porque los planteamientos son poco realistas y se enfocan en el entorno y no en las verdaderas necesidades, opciones y limitantes de cada ser humano.
Brooks sostiene que buscar la felicidad es un error, que ésta habrá que construirse en lo cotidiano.
La vida no cambia mágicamente con la llegada de un nuevo año. Pero sí, da ánimo de creer que se puede empezar de cero en esos planes inconclusos, en esas auto promesas que hacemos creyendo que la vida cambia con solo pensarlo. La realidad es muy distinta, suele ser dura, difícil y nos confronta con lo que somos y hemos hecho 365 días anteriores, o mil días atrás.
Un gran amigo me enseñó que no era bueno, ni sano tener propósitos, que siempre sería mejor trazar objetivos, uno, dos o diez, pero esos realizables, trazar camino y buscar opciones para cumplirse.
Que era válido no tener ninguno al empezar el año y definir los nuevos siempre con la meta de alcanzarlos, sea la fecha que sea.
Si cumples o no, a nadie le importa.
La única persona que vale para eso eres tú. ¿Cuántas veces te fallas? Muchas, cientos o miles de veces, por eso los objetivos tienen más fuerza que la intención. Los buenos deseos suenan bonito, pero terminan en la basura porque no hay un camino que lleve a ellos.
Afuera el mundo es feroz, por eso hay que tener la piel dura y los pensamientos claros para cumplir objetivos.
Es muy fácil quedar bien con los demás, solo diles que sí a todo, préstate a sus juegos mentales y emocionales, no opines con verdad, sé servil y aplaude los errores.
Lo difícil es ser tú, respetarte en tu opinión y emociones, decirte la verdad por dura que parezca, lo difìcil es borrar tus malos pensamientos y construir unos mejores cada día. Lo difícil es cuidarte, cumplirte y honrar tu palabra, lo difìcil es verte al espejo y gustarte. Lo difícil es multiplicar el dinero y saber cuidarlo, lo difícil es ser paciente, cauto y responsable.
Lo difícil es asumir responsabilidades, lo que dices o haces.
Eso es lo importante y por eso cuesta trabajo cumplir los objetivos, porque para llegar a ellos habrá que topar con el equilibrio, no perder el control y esforzarse tanto que un buen día sepas que todo valió la pena.
Propósitos tiene cualquiera y tú, si llegaste a este texto sabes que no quieres ser cualquiera. Quieres ser tú, uno memorable y capaz de transformar su entorno.
Agradécete diario, felicítate y honra tu éxito diario, la sorpresa será que estás más cerca de los objetivos trazados.
Honra los fracasos, ahí está la experiencia de lo que no quieres.
Año con año hay gente que se va de tu vida, qué bueno, esos y esas eran los que finalmente no supieron respetarte y cuidarte con todas las diferencias. Que por su ego quisieron manipularte o hacerte creer culpable de algo que no es real.
Lo importante está en la gente que se queda, a esa a la que debes tiempo y espacio.
Sin olvidar que tú eres tu prioridad y ese será sin duda uno de mis principales objetivos del 2025. No es egoísmo, es cuidado.
No hagas listas, mejor usa una agenda en papel con tiempos, plan y días de trabajo para ese objetivo. Escribir ayuda a la programación mental.
No los cuentes durante el proceso, a la gente no le importa. En el silencio te construyes mejor.
Cada vez que te cumplas celebra, cada quien decide cómo.
Gracias por leernos, gracias por compartir, comentar y suscribirte, Opinión 51 no sería posible sin ti, pero sobre todo por un equipo de mujeres que tienen claro su objetivo, que todas las voces con todos sus colores tengan espacio. Siempre gracias Pamela, Sandra y Soledad, vendrá más y mejor, porque ese siempre será el objetivo común.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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