Por Areli Paz
Amor: Sentimiento profundo de admiración a pesar de lo que no nos gusta.
Amistad: Sentimiento profundo de pertenencia, soporte de vida.
Pasión: Sentimiento profundo de deseo, impulso y emoción por lo que se hace y dice.
Todos los días son del amor y la amistad.
Todos los días son de abrazar a esos y esas que amamos, admiramos y queremos a pesar de no ser perfectos o perfectas. ¿Quién lo es? Nadie.
Mi abuela siempre repetía: “El amor no quita conocimiento”. Frase hecha que al paso de los años tiene mucha más valía y profundidad. Frase que aplica para todos los rubros de la vida.
A pesar de todo nuestro amor o admiración por alguien no es posible vivir en el autoengaño y no reconocer lo que no es correcto, lo que no nos gusta, lo que nos molesta, lo que duele, lo que no ayuda, lo que lastima, lo que destruye, lo tóxico y lo que es mentira.
Las relaciones interpersonales diarias son desgastantes, no lo digo yo, lo dice la ciencia, humanos que vamos y venimos tratando de sobrevivir con nuestras carencias emocionales, físicas, financieras y mentales.
Un estudio de 86 años en la Universidad de Harvard , publicado el año pasado, reveló que el secreto de la felicidad y la larga vida saludable se basa en relaciones interpersonales y en los estrechos vínculos de apoyo que logremos tejer con los de junto.
Pero también es real que la aceptación de la verdad de nuestros actos, actitudes y emociones nos da ligereza de pensamiento y capacidad de entender a los y las de junto.
Aunque amemos a nuestros amores de vida, no podemos mentirnos que en ocasiones son insensibles, poco empáticos, ajenos o incluso distantes, la humanidad pasa por un momento complicado en donde todo queremos etiquetar, en donde la inteligencia artificial hoy también sustituye conversaciones, en donde unos se ponen la categoría de amigos, esposos, esposas, novias eternas, amantes, socios, mi milf, el sugar, mi “peor es nada”, el gustito, la del fin, la del mes, el de la quincena, al que se ama, con la que se divierte, vamos poniendo a la gente en cajones para poder sobrevivir con tantas emociones y necesidades juntas.
La vida cotidiana y nuestras emociones diarias no están ajenas a la política.
El hecho de reconocer lo brillante de Sheinbaum para llegar a ser la primera presidenta de México, no debe cegarnos, como en el amor, que su gestión ha comenzado lejana de los ciudadanos, no de los afines, a esos dinero, reconocimiento, cobijo y complacencia. Me refiero a los que no votamos por ella y confiamos en que pueda ser una mejor oportunidad política para este país.
Amor no quita conocimiento, hoy, la presidenta ha dejado mucho que desear si de víctimas se trata, de madres buscadoras, de mujeres abusadas, de mujeres que se quedaron sin tratamientos para combatir el cáncer, niños y niñas esperando un especialista, familias en Sinaloa que claman paz y la oportunidad de retomar su vida, de garantizarles que salir de casa no será una sentencia de muerte por la violencia.
Amor no quita conocimiento, Trump será el más votado en Estados Unidos, pero sus afines no pueden perder de vista que sus políticas son de involución, de regreso a combustibles sucios, de oscurantismo en la investigación porque se acabó el recursos para apoyar al a Organización Mundial de la Salud, porque cortó recursos para apoyar a los niños en África, investigar la cura del sida y proteger al medio ambiente.
Amor no quita conocimiento, y los afines a Putin no deben dejar de reconocer que es un tirano y dictador, que este año finalmente podría quedarse con lo que quiere de Ucrania y borrar parte de su historia.
Los afines a Maduro deben reconocer que él no tiene ninguna lucha, sólo la sobrevivencia en el poder y la garantía financiera de que su familia sí coma tres veces al día. Maduro, Ortega y Díaz Canel no son amigos del pueblo. Si eres de Venezuela, Nicaragua o Cuba no puedes seguirte engañando.