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Por Arisbeth Márquez
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Desde hace unos años, cerca del 8 de marzo surgen preguntas entre mis amigas: ¿vas a marchar?, ¿dónde?, ¿con quién?, ¿qué se va a armar? También, a esas palabras de entusiasmo, a veces se le suma el escepticismo de algunas personas que no han entendido el significado de la fecha o ni tienen idea del tema. 

 

Pero además de eso, este año hay algo más, algo que me pone nerviosa. No por lo que me vaya a enfrentar al marchar como el calor, el gas arrojado por la policía, el cansancio mental que generan los comentarios absurdos y violentos, sino porque ahora entiendo el sentido de marchar por TODAS. 

 

He vivido una experiencia única al dedicarme por un par de años a dirigir el documental “#TODAS. Debanhi: Una historia de redes”, la cual precisamente se estrenará el 6 de marzo por ViX, justo en la semana previa al Día Internacional de la Mujer. Quiero confesarles, con toda sinceridad, que esta serie ha cambiado para mí el significado del movimiento feminista y la violencia de género. Quizás ahora veo con más nitidez los alcances de la violencia machista, pero no es eso lo que me mueve, sino el poder sentir el abrazo colectivo y firme, que se vive en cada marcha del 8M, en el trabajo, las palabras y la presencia de las mujeres que luchan todos los días para hacer un presente donde podemos sentirnos seguras, libres, felices.  

 

Por eso quiero aprovechar este espacio para invitar a que vean este documental con la esperanza de que transforme a quien lo vea como me transformó a mí. Que entiendan el poder renovador que hay en la protesta y en la lucha por la justicia.

 

La serie aborda los feminicidios de María Fernanda Contreras,Yolanda Martínez y Debanhi Escobar y el entramado de las redes que se forma detrás de estos casos ocurridos en Nuevo León entre marzo y abril de 2022. Sin embargo, para entender a profundidad es preciso detenerse con cuidado en la palabra “redes”.

 

Investigamos desde las redes sociales dónde los crímenes tuvieron presencia masiva hasta las terribles redes que ocultan la verdad e impiden el acceso a la justicia y las inspiradoras redes de resistencia de mujeres activistas que se crean en respuesta a la alta violencia de género en Nuevo León. 

 

“TODAS” inició una tarde de 8 de marzo de 2023 cuando con dos unidades de grabación, conformadas por un crew solo de mujeres, grabamos la marcha en Monterrey y Ciudad de México. Ese día el feminicidio de Debanhi Escobar y el de muchas otras estaba en la memoria colectiva de las marchas y yo en ese momento entendí que el proyecto tenía que ser desde una perspectiva diferente, desde ahí, desde el movimiento feminista, desde adentro, desde el grito, desde la rabia. 

 

Un mes después había pausado mi vida en la Ciudad de México para vivir en Monterrey y entender en carne propia todo lo que significa transitar esa ciudad. En un primer momento el plan era vivir con la productora María Camargo por unos meses mientras con un grupo de magníficas periodistas locales e internacionales investigábamos los tres casos. Al final no fueron unos meses, nos quedamos más tiempo. 

 

Pude conocer a la familia de María Fernanda Contreras y Yolanda Martínez, a quienes les agradezco no sólo dejarme acceder a su testimonio, sino recibirme en su corazón. Pude hablar con activistas veteranas deseosas de compartir y dar sentido a la sorpresa que les genera el alcance en los últimos años de las marchas feministas, especialmente en una ciudad como Monterrey, tan estigmatizada por inmóvil a la injusticia. En ese clima hostil –entre los cerros estáticos y monumentales– es donde el viento del cambio corre e impulsa a las activistas más jóvenes y las estudiantes que forman parte del movimiento feministas a andar e ir más lejos por el camino labrado por las predecesoras.  

 

Para mí, fue importante desde un inicio trabajar con un grupo diverso, en su mayoría mujeres de diferentes perfiles, porque así se generaría una perspectiva diferente ya que implica otras sensibilidades, otra mirada. Además, me sentía acompañada al ir leyendo las agresiones, las amenazas, las historias de violencia y los feminicidios. 

 

Sin embargo, mirar de cerca los casos y la violencia hacía mella en nosotras. Tristemente no conozco ninguna mujer que no se haya enfrentado a algún tipo de violencia de género y notaba cómo para las mujeres que me acompañaban en este proyecto empatizar e identificarse fue sencillo, pero doloroso porque no había forma de no involucrarse emocionalmente. La violencia y los crímenes se volvieron personales y eso es lo particular de la violencia género, de las marchas, de las consignas, sientes que te sucede a ti porque puede pasarte o a mí o a cualquier mujer.

 

Pero esta historia, así como la violencia sistemática, está entramada entre avenidas, calles, posts de Instagram y mapas y por eso no fue fácil llevar a la pantalla las complejidades de la investigación. 

 

Para el rodaje y la postproducción fue primordial trabajar con un grupo diverso –principalmente mujeres en cámara, en edición y en audio– porque sólo así fue posible, tras escuchar los testimonios que comprenden el documental, vernos y entendernos, aún entre lágrimas, para dar lugar a pláticas creativas con un trasfondo diferente y lleno rabia, indignación, pero también amor.

 

No hay en mí, ni estoy segura de que quiero que haya, restos de esa caricatura del director estoico de documentales que mira sin estar presente. Estuve presente, estuvimos presentes y esa presencia tiene un costo en la salud mental, pero la compañía y contención fue clave para resistir y fue posible porque hubo diversidad en los equipos. 

 

Esa diversidad no sólo nos ayudó a navegar a través de este documental, sino que ahora vive en una serie que profundiza en temas de violencia de género, de feminicidio, en desapariciones desde una mirada empática que toma en cuenta la rabia y la indignación como parte clave del cambio.

Con el estreno en puerta, estoy muy emocionada porque saldrá a la luz un trabajo con mucha dedicación, alma y corazón, pero también por las conversaciones necesarias que se pueden generar sobre la violencia feminicida, las redes que la encubren y, sobre todo, las redes de resistencia que se han creado gracias al movimiento feminista. 

La violencia de género es compleja, personal, íntima, pública, sistemática y visceral. Se siente y duele. Este documental también retrata eso: que la pulsión por juzgar a la víctima sólo hace el juego a quien violenta y que el foco debe estar en que las autoridades hagan su trabajo en la erradicación de la violencia. 

 

Cierto es que nos enfrentamos a diario a un vacío oscuro de impunidad, pero al final del túnel hay una luz cálida. Se trata de un pequeño fuego, que son las resistencias, la esperanza, la valentía de los familiares, la digna rabia que nos hace marchar, hacer tendederos con denuncias, enfrentar y denunciar gobiernos y no callarnos. Llegar a este punto no ha sido fácil, pero después de la experiencia del documental me quedo con que está en nuestras manos alimentar ese fuego para que en algún momento se ilumine la realidad. 

Yo me quedo con un eco de esperanza y justicia y me encantaría que el espectador, sin importar género, pueda compartir estas emociones y así como yo, como el equipo, ser una persona distinta luego de atravesar esta historia. 

 

*Cuenta con más de ocho años de experiencia en escritura para series de televisión, plataformas y cine, abarcando diferentes géneros, con una especial afinidad por el documental. Su enfoque incluye temáticas de perspectiva de género. Su cortometraje "Los Bastardos" ganó el concurso de cine de la ciudad de PROCINE y con su guión de largometraje "Los XV de Andrea" obtuvo el segundo lugar en el concurso de guión de largometraje para autoras y adaptadoras de cine de la asociación Matilde Landeta A.C., además de recibir el apoyo de desarrollo de proyectos por parte de IMCINE en 2018. 

 

“#TODAS. Debanhi: Una historia de redes” es una serie documental original de N+Docs, Detective y Viento del Norte. La serie es dirigida por Arisbeth Márquez y escrita por ella y Diego Enrique Osorno. Su estreno es el próximo 6 de marzo por ViX. 


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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