Por Bárbara Anderson
Esta semana viajé con mi familia a Nueva York. Era una micro vacación que veníamos planeando desde hace mucho tiempo y que finalmente logramos alinear los astros para que suceda.
Y en lo de alineación no exagero: viajar con una persona, con un niño con discapacidad es una tarea que requiere de logística y planeación nivel pro.
Si bien hay partes de un viaje que siempre son difíciles y ausentes de sentido común (como las aerolíneas o los aeropuertos), hubo en esta ocasión sorpresas interesantes que quiero compartir para que alguien más usuaria de silla de ruedas y con discapacidad motriz se anime al periplo con estas sugerencias y atajos encontrados: