Por Brenda Estefan

El pasado domingo, el partido de extrema derecha francesa, Agrupación Nacional, logró obtener por primera vez en su historia una mayoría de los votos en la primera vuelta de las elecciones legislativas. La apuesta del presidente francés, Emmanuel Macron, de disolver la Asamblea Nacional y llamar a elecciones anticipadas tras los malos resultados de su partido en las elecciones europeas del 9 de junio, fracasó. 

Dada la influencia de Francia en la Unión Europea, su asiento en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, su poderío militar e influencia geopolítica, los resultados electorales han generado gran alarma en Europa y el mundo.

Ascenso de Agrupación Nacional

El partido de extrema derecha, Agrupación Nacional (AN), sucesor del polémico Frente Nacional, se ha consolidado como la primera fuerza política del país galo. Entre los miembros fundadores del partido destacan Jean-Marie Le Pen, veterano de la guerra de Argelia y padre de Marine Le Pen, y algunos de los liderazgos más visibles del Partido Popular Francés, una organización pro nazi con fuertes vínculos con las Waffen-SS. El proceso de "desdemonización" o mejora de la imagen del partido comenzó con Marine Le Pen, pero se consolidó con la llegada a la presidencia del partido de Jordan Bardella, un joven de 28 años. Sin embargo, su propuesta sigue siendo ultranacionalista y antiinmigración, cuestiona el modelo de integración regional y se concentra en defender la identidad nacional. Estas ideas representan una ruptura con la visión histórica de la República Francesa.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.