Por Brenda Estefan

El Reino Unido se encuentra en una de las situaciones más críticas de su historia reciente. Las ciudades británicas se han convertido en un campo de batalla donde la xenofobia, la islamofobia y el odio hacia los migrantes se han desatado de manera alarmante.

Todo comenzó el 29 de julio en Southport, donde un joven de 17 años apuñaló a varias niñas, causando la trágica muerte de tres de ellas. Este incidente fue rápidamente distorsionado en las redes sociales, propagando fake news que aseguraban que el ataque había sido un acto terrorista islámico perpetrado por un migrante musulmán. La desinformación avivó un fuego de odio y racismo que ha llevado a manifestaciones violentas y ataques contra comunidades musulmanas, mezquitas y centros de refugiados. Ante los hechos, las autoridades decidieron revelar la identidad del responsable: Axel Rudakubana, nacido en Gales, de origen ruandés y sin conexión al Islam. Pero era demasiado tarde, la extrema derecha ya había echado a andar su agenda de odio.

Desde el ataque en Southport, varias ciudades como Liverpool, Manchester, Leeds, Bristol y Belfast han sido escenario de violentos disturbios. Los manifestantes han provocado daños significativos y sembrado el miedo entre las comunidades migrantes.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.