Por Brenda Estefan
Ayer, Ucrania empleó por primera vez misiles de largo alcance proporcionados por Estados Unidos para atacar objetivos en territorio ruso, un hecho que marca un punto de inflexión en el conflicto. Los ataques tuvieron lugar pocas horas después de que Washington aprobara oficialmente el uso de los misiles ATACMS (siglas en inglés de Army Tactical Missile System) en operaciones sobre suelo ruso. Esta decisión, tomada por la administración de Joe Biden, llegó tras meses de insistentes peticiones del presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, quien había argumentado la necesidad de estas armas para reforzar las capacidades estratégicas de su país.
En las 48 horas previas al anuncio, se produjeron eventos cruciales, como la llamada telefónica entre el canciller alemán Olaf Scholz y Vladimir Putin, que provocó el enojo de Zelenski, quien incluso le reclamó al líder alemán por "haber abierto la caja de Pandora". Además, Rusia lanzó un bombardeo masivo sobre territorio ucraniano, matando a once personas y destruyendo parte importante del sistema eléctrico. En este contexto, la reacción del primer ministro polaco, Donald Tusk, fue: "Nadie detendrá a Putin con llamadas telefónicas", subrayando la importancia del apoyo tangible de Occidente a Ucrania.
Biden había mostrado cautela respecto a esta decisión, temeroso de una mayor escalada del conflicto y de una implicación más directa de la OTAN. El despliegue de miles de soldados norcoreanos en la guerra fue el factor que finalmente llevó al presidente estadounidense a autorizar el uso de los misiles, con el objetivo de disuadir a Pyongyang de seguir enviando soldados a pelear contra el ejército ucraniano, además de ofrecer a Kiev una ventaja estratégica. Los elementos norcoreanos han sido desplegados en la región de Kursk, lugar que podría ser crucial en futuras negociaciones, ya que, al ser parte de un territorio ruso parcialmente controlado por Ucrania, representa una moneda de cambio importante. Sin embargo, la decisión de Biden no cambiará por completo el curso de la guerra, pues el reloj de este conflicto podría detenerse con la llegada de Trump a la Casa Blanca, además Ucrania cuenta con un número limitado de misiles de largo alcance y Moscú ya ha tomado precauciones, moviendo recursos críticos fuera del alcance de estos proyectiles.
Aún está por verse cuál será la respuesta del Kremlin, que durante mucho tiempo advirtió a Occidente sobre las consecuencias de tomar esta decisión, al considerarla un acto que, desde la perspectiva de Moscú, equivaldría a que los países de la OTAN entraran directamente en guerra contra Rusia. Ayer por la mañana, Putin aprobó formalmente cambios a la doctrina nuclear rusa, expandiendo la lista de amenazas que podrían detonar un ataque militar de parte de Moscú; se trata de un mensaje claro del Kremlin a la Casa Blanca. Sin embargo, Putin sabe que Trump pronto estará en la Oficina Oval y confía en que le cierre la llave de recursos a Ucrania.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención, especialmente los países vecinos de Ucrania. Polonia celebró la decisión de Washington, considerando que "Biden respondió en un lenguaje que Putin sí entiende". Mientras tanto, en los países nórdicos, como Suecia y Finlandia, este domingo se emitieron recomendaciones de preparación para sus poblaciones en caso de que el conflicto se intensifique en la región. Y, en las horas recientes, líderes europeos como Olaf Scholz, Emmanuel Macron y Ursula von der Leyen reiteraron su apoyo a Ucrania, buscando enviar un mensaje de unidad en torno a Kiev.
La decisión de Biden llega en un momento clave para la política interna de Estados Unidos. Trump ha sido un crítico de la ayuda a Ucrania y ha prometido poner fin al conflicto en 24 horas. Es importante recordar que figuras clave de su entorno, como el potencial futuro Secretario de Estado, Marco Rubio, y el futuro Asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, inicialmente estuvieron a favor de la ayuda a Ucrania, pero luego cambiaron de postura y votaron en contra del apoyo. También hay que señalar que la propuesta de Trump para Directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, tiene una marcada simpatía por Rusia y Putin.
Biden es consciente de que el tiempo que le queda en la Oficina Oval, hasta el 20 de enero de 2025, cuando Trump asuma oficialmente el poder, podría ser decisivo para la situación en Ucrania. Con esta medida, apuesta por dejar una última huella en el conflicto. El reloj avanza, y con él, el futuro de Ucrania y de Europa están en juego.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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