Por Carmen Sánchez Pichardo
En el sector tecnológico, los hombres ocupan a nivel mundial el doble de empleos que las mujeres según datos actualizados a 2025 de la Organización Internacional del Trabajo. Aunque históricamente la presencia de mujeres ha sido menor, lo cierto es que en las últimas décadas se han logrado avances significativos, pero falta mucho por hacer.
Con casi una década de experiencia en la gestión de proyectos de tecnología, me doy cuenta de que sí ha crecido la presencia de las mujeres, pero todavía somos una minoría. De acuerdo con datos del gobierno de México en el tercer trimestre de 2024, los hombres ocupados en Desarrolladores y Analistas de Software y Multimedia representaron el 81.4% de la población ocupada en este segmento y las mujeres solo el 18.6%.
Si ampliamos el espectro y vemos la imagen completa de la industria con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las cifras son mucho más alentadoras. En el Censo Económico 2024, que acaba de publicar el INEGI, se muestran los datos de ocupación por sectores y actividades económicas. En México, 648 mil 669 personas están ocupadas en el sector TIC, incluyendo fabricación, comercio, procesamiento y servicios de computación, software, diseño y componentes electrónicos. Este dato es 9.98% mayor que en el anterior CE de 2018, donde había 589 mil 789 empleados.
Si observamos el reparto de estos datos por género arroja que la representatividad de las mujeres ha crecido del 45% al 48% y ya son 313 mil 86 mujeres las que están activas en esta industria. No obstante, cuanta más especialización sea requerida para el puesto de trabajo y en los puestos directivos es en donde pareciera que hay una brecha más grande.
Hay tres ámbitos desde los que se puede impulsar y potenciar esta presencia femenina en un contexto donde, además, hay una demanda cada vez mayor de especialistas en áreas como Big Data, ingeniería FinTech, especialistas en IA y aprendizaje automático, y desarrolladores de software y aplicaciones.
Cultura, educación e incentivos en edades tempranas
El interés por lo que se conocen como carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas por las siglas en inglés) puede fomentarse desde edades tempranas y hacer hincapié en las niñas para romper estereotipos que, a veces, se generan en entornos escolares o centros de enseñanza.
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