Por Chantal Chalita
No es de exagerar cuando se dice que la inconsciencia que tenemos como humanidad sobrepasa nuestra inteligencia. Ya no solo estamos pecando por negligencia o por generar “desarrollo económico”, cada vez más las acciones humanas están atentando contra la naturaleza de las formas más absurdas e irreversibles que se nos pudiera imaginar.
¿En qué momento una funcionaria coordinadora de Ecología puede pensar que es buena idea cortar el aguijón de las mantarrayas para proteger a los turistas? Su argumento fue que la especie reproduce de nuevo la parte mutilada y que los turistas se libraban de una picadura; sin embargo, la mutilación se realizó con al menos 2 mil rayas y van casi 300 que han aparecido muertas en las playas desde ese suceso. Como respuesta el alcalde dijo que en su gobierno “nadie tiene facultades para tomar decisiones de manera unilateral sin consultar con su superior jerárquico… una deplorable y reprobable acción, mucho menos será tolerable que se hayan usado recursos públicos en una actividad en la cual nunca hubo, porque nunca se solicitó, la asesoría de expertos en la materia".