Por Claudia Pérez Atamoros

Qué lejana resulta aquella fecha de 1933 cuando María Luisa Dehesa Gómez Farías ingresó a la Real Academia de San Carlos a estudiar Arquitectura y se enfrentó a la discriminación por ser mujer; ella fue una de las cinco que, apartadas del selecto mundo masculino, tomaban clases en aquella escuela.

Seis años después, los dejará boquiabiertos. El 17 de julio de 1939, María Luisa Dehesa sustentó su proyecto de investigación “Cuartel de Artillería Tipo” y obtuvo el título de Arquitecta con mención honorífica, convirtiéndose así en la primera mujer en México y Latinoamérica en obtener dicho grado académico: Licenciada en Arquitectura.

Para 1965, treinta años después de la primera titulación, se habían recibido 119 arquitectas.  Según registros del Portal de Empleo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, en 2014 había más de 40,000 mujeres profesionistas en este rubro. 

En 2023, el estudio Compara Carreras del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) publicó que en nuestro país más de 343,048 personas estudiaron arquitectura y de estas, el 69% son hombres y tan solo el 31% mujeres, 105 mil y piquito.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.