Por Claudia Pérez Atamoros
¡Aguas con los güeros porque son venenosos y con los oscuros también, porque se convierten en plagas! Los amarillo paja se pueden confundir con los primeros aunque realmente nacen en las camadas de los segundos.
Y no hablo de los candidatos a la Jefatura de Gobierno de nuestra capital -que ganas no me faltan- sobre todo luego del debate del domingo pasado, pero…esa es otra historia ¡y qué novelón resulta lleno de puntadas y cero cómo!
En el mundo existen 1500 especies de escorpiones y en México habitan 289 de ellas. De éstas, sólo dos en la Ciudad de México y aunque su piquete es doloroso son poco venenosas para el humano; pertenecen a las de coloración oscura o paja; el resto (287) se distribuyen principalmente en los estados de Jalisco, Morelos, Guerrero, Nayarit, Guanajuato, Michoacán, Puebla, Durango, Sinaloa, Sonora, Baja California, BCS, Zacatecas, Veracruz, Chiapas, Oaxaca y el norte del Estado de México y pertenecen al género Centruroides.
En México existen ocho de las especies más ponzoñosas del mundo. Ustedes pensarán y con justa razón, que estoy equivocada, que son 7 por aquello de los partidos políticos; sin embargo, volviendo al tema de alacranes (no se rían) durante más de cuatrocientos millones de años, han estado a nuestro lado y su ponzoña es temeraria y hasta mortal; éstos son especímenes de ocho patas y en su cola está el veneno, no son de dos patas como las ratas que tienen harta cola que les pisen. Y a las que sí hay que exterminar. A los escorpiones no, nomás hay que cuidarse de ellos. Cumplen su función de control de plagas. Se alimentan de insectos, chapulines y otros bichos, hasta de cucarachas pues.