Opinión 51 | Columna Invitada

Grupo Veinte Mujeres y un Hombre, parte V

El 4 de octubre de 1967 nació “Veinte mujeres y Un hombre”. Desapareció en mayo de 1989. ¿Por qué?

“Te apuesto a que no hay ni 10 buenas mujeres periodistas en este país…”

“...aquí hay unas pobres

hijas de México deseosas de informar,

de comunicar, de decir aquí estamos.”

Las Hijas del Anáhuac

Primer Editorial del periódico

Primero hecho por Mujeres

19 de octubre de 1873

Por Claudia Pérez Atamoros

En Algo sobre mi madre (https://letraslibres.com/historia/algo-sobre-mi-madre/) Enrique Krauze apunta sobre Helen Krauze: “una gran señora alentó sus afanes nacionales e internacionales y la puso en contacto con protagonistas de la vida pública que despertaron su interés: la periodista ecuatoriana avecindada en México Hylda Pino Desandoval. Fue la creadora de un temible grupo llamado “Veinte mujeres y Un hombre”, que puso su grano de arena en hacer un poco más pública la vida pública de México”.

Hylda Pino Desandoval compiló en cuatro volúmenes todos y cada uno de los desayunos que iniciaron siendo en un hotel, y luego, donde las recibieran; en total, en los 21 años 7 meses entrevistaron a poco más de 250 personajes, otro tanto “alalimón”, en trío, cuarteto, etc., e incluso de manera individual que, sumados en su conjunto y bajo el rubro de Veinte mujeres y Un hombre, quedaron inmortalizados por la ideóloga y creadora del Grupo.

Reporteras casi todas surgidas de las páginas de sociales de los principales diarios nacionales que sumaron esfuerzos y lograron visibilizar el trabajo de las mujeres periodistas.

René Avilés Fabila se refirió por escrito en un artículo de opinión publicado, en mayo de 1986, en Excélsior que el Grupo estaba decidido a “romper reglas y prejuicios” y que estaban realizando una “importante contribución a la historia de su tiempo”.

Jesús Reyes Heroles en su momento con Las Veinte les dijo que todas ellas habían formado una “democracia dirigida”. ¿Por quién?, se preguntarán. Por Hylda que no coartó sus libertades pero siempre las orientó.

Griselda Álvarez, quien fuera la primera mujer gobernadora en México, expresó: ¡qué buena idea de conjuntar veinte valiosas mujeres y sucesivos hombres en desfile de examen de grado, en exposición de intelecto!

El 4 de octubre de 1967 nació “Veinte mujeres y Un hombre”. Desapareció en mayo de 1989. ¿Por qué? Porque, al parecer, ya cada vez costaba más trabajo conjuntar a Las Veinte y no por falta de talentos sino de tiempo e intereses. Siempre fueron más de veinte aunque al final hayan sido menos por deserciones, desinterés, fallecimientos o enfermedades. Nunca por falta de talento.

Fueron veintidós años y pico, de entrevistas que engalanaron los espacios de sociales de todos los medios de la época y poco a poco fueron ganando editoriales, La de Ocho, firmar en la primera plana; obtuvieron premios y reconocimientos. El programa de tv en Canal 13 (1973-1978) y, desde luego, el reconocimiento de los personajes de las épocas y, por supuesto, alcanzaron un nivel de influencia periodística al nivel que se estilaba en aquellos años.

Recomiendo leer lo expresado por Daniela Pastrana sobre su tía, una reconocida periodista de aquellos años que, aunque no formó parte de Las Veinte, si define la palabra influencia y poder. “Yo conocí a Aurora Berdejo porque era mi tía. Ella escribió durante muchos años una de las columnas más importantes de este país, Frentes Políticos en Excélsior. Esas columnas políticas tenían un poder inmenso. Pero mi referencia de lo que antes era la opinión, no es muy grata.

“A Aurora la quise mucho. Ella murió en 2012 de influenza, a los 57 años. Y recuerdo que mi abuela me mandaba a Excélsior a contarle a mi tía que teníamos problemas de agua en la colonia.

“Me impresionaba el poder que tenía. Yo no tenía ni idea de periodismo, estaba en la preparatoria. Pero llegué a ver gobernadores, sin saber quiénes eran, haciendo una antesala. ¡Y me pasaban a mí primero para contarle un problema de la colonia! Esa es la imagen que tengo de lo que era el columnismo”.

Quien sí formó parte del Grupo fue Nidia Marín quien en 2018 evocó “...no fue sino hasta que Guillermo Ochoa padre leyó la nota que escribí sobre una entrevista-desayuno del Grupo “20 Mujeres y Un Hombre”, el 19 de octubre de 1971, con don Jesús Reyes Heroles que ordenó se fuera a la primera plana (antes se publicaban en Sociales) y ese día no solo crucé al otro lado de la redacción, sino que empecé a competir en el reino de los varones: en Información General de El Universal. Y, además, me dieron “la planta”, es decir la plaza”, Nidia Marín, Nexos, 2018.

En el cuarto y último libro que consigna la historia de Las Veinte…, es precisamente la periodista Nidia Marín quien escribió que “en sus cuatro tomos Hylda dejó su testimonio, su versión, contra viento y marea… Un libro para la historia que aglutina contradicciones y congruencias, aciertos y errores, verdades y fantasías, que el tiempo se encargará de definir…El juicio de sus palabras y de sus obras, corre, como siempre por cuenta del lector”.

Solo me resta agradecer a mi querida Yolanda Cabello, quien el pasado 14 de julio cumplió sus primeros 90 (50 de los cuales fue la “mera mera” jefa de la Sección de Sociales de El Universal) llenos de salud, éxitos y con esa actitud “pa´lante tan suya”, por haber confiado en mí para dejar escrita una pequeña parte de la historia de este grupo del cual hasta que mi querida maestra Soledad Durazo, editora de Opinión 51, abrió el espacio no se conocía más que el nombre; se sabía de oídas de él pero nadie había plasmado la historia del mismo. La puerta queda abierta para que los interesados en el tema sigan jalando ebra.

Y, desde luego, consignen desde ya la historia que Opinion 51 está escribiendo al romper el “techo de cristal” que por años ha mantenido maniatadas las plumas de las mujeres del gremio. Si bien es cierto que la historia de las mujeres en los medios de comunicación ya tiene su propia historia nunca está de más un grito, ¡qué digo!, un canto constante como el de esta plataforma digital que, en pleno siglo XXI rompe esquemas y echa al cesto de los horrores aquello de que “calladitas nos vemos más bonitas”.