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Por Edmée Pardo y Marilú Acosta

Comento con Marilú Acosta mi texto pasado que habla del paralelismo entre recomendar un libro y recetar un paciente, ella que es médica y literata, me recordó (más bien me informó) la campaña de consultar al pediatra sobre qué títulos leer en familia, buscando aumentar el promedio poblacional mexicano que lee un 1.6 libro al año. Y en ese diálogo se escribieron en el aire las primeras líneas de este texto a cuatro manos.

Efectivamente, en 2017 se pone en marcha la campaña Leer para estar bien, utilizando a los pediatras como promotores de lectura. ¡No hay mejor medicina que un cuento! Decían (yo creo que el gobierno actual se lo creyó, por eso no compró medicamentos pediátricos, ni si quiera los oncológicos). Acércate a su pediatra, él sabrá cómo ayudarte. Decían. Recuerdo haber visto los carteles en las paradas de camiones. Pediatras recetando (recomendando) libros, como si los pediatras tuvieran tiempo de leerle a sus hijos y olvidando que la adherencia al tratamiento (farmacológico) no rebasa del 50% en el mejor de los escenarios.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.