Por Edmée Pardo
¿Qué libro me recomiendas?, me pregunta un recién conocido. Supone que mi oficio me permite tener a la mano una cantidad de opciones que le sirvan. Me siento como cuando un vecino de mesa inquiere al médico que tiene a su lado en una boda sobre el dolor de pecho que siente. La respuesta sería la misma: habría que examinarte. Un médico no puede dar una opinión así a la ligera, e idealmente tampoco se debe hacerlo, a la ligera, recomendar un libro. No se trata solo de pensar en un título, sino en la persona a la que va dirigido. Un libro para quién, qué le gusta, en qué momento de su vida anda, el soporte de su preferencia.
Hace poco tomé un curso dirigido a mediadores de lectura y Pepe Trivez, un experto en el tema, sistematizó en cinco preguntas un método para conocer al lector y hacer recomendaciones exitosas.