Por eLe Figueroa
La huesuda no ha venido,
todos preguntan por ella,
¿será que ha fallecido
esta señora tan bella?
Ni tardo, ni perezoso,
Harfuch promete encontrarla,
luce fuerte y poderoso
... pero no sirve de nada.
Claudia anuncia una reforma:
"Por decreto presidencial,
y en territorio nacional,
prohibido romper la norma:
Desde hoy y para siempre
se acabaron los balazos,
dense todos un abrazo
y encomiéndense a la suerte."
En eso llega la muerte,
visiblemente molesta,
al mirarlos fijamente
se une "gustosa" a la fiesta:
"Vayan por Culiacán, solos,
sin chalecos, ni soldados,
ni debidos protocolos,
solo un detente sagrado,
mientras ustedes tramitan
re-instalar la pax narca
aquí atendemos su chamba
sin abrazos que limitan
Para empezar, lo complejo:
quitar la Supremacía,
dará paso a la armonía
(y salvamos su pellejo).
Ahora sí, en reversa,
despedimos las reformas:
la judicial (la perversa,
que la justicia deforma).
Seguimos con lo electoral:
la mayoría aplastante,
no sólo es artificial,
también es muy aberrante.
Con los Yunaites la tregua:
combatir al fentanilo,
bajarán los homicidios,
como en los tiempos de guerra.
Y volverán a Palacio"
dijo la Parca tajante,
y se marchó, deslumbrante,
a continuar su trabajo.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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