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Por Fátima Masse

En las últimas semanas, he visto circular en redes sociales el video de Barbie sobre el concepto Dream Gap. Este se traduce en español como la “Brecha de Sueños” y se refiere a la diferencia entre lo que creen las niñas que pueden hacer y su potencial real. Esta discrepancia surge desde una edad muy corta y explica una parte de las brechas que se observan en el mercado laboral.

El video –que recomiendo ver y compartir– es una síntesis de una serie de experimentos que realizaron investigadores de la Universidad de Nueva York, de la Universidad de Illinois y de la Universidad de Princeton. Estos demuestran que las niñas, a diferencia de los niños, dejan de asociar la inteligencia con su sexo desde los seis años, lo que influye en sus decisiones de corto plazo y en lo que sueñan convertirse cuando sean grandes. Es decir, desde que entran a primaria se instala en ellas la idea de que las niñas no son tan brillantes y por lo tanto no pueden aspirar a ser presidentas, directoras de una empresa, ingenieras, filósofas o astronautas, entre otras cosas.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.