Por Flor Aydeé Rodríguez Campos
La lucha para el reconocimiento de la violencia digital ha sido constante por parte de las mujeres sobrevivientes, colectivas, organizaciones de la sociedad civil, activistas y sobre todo de Olimpia Coral Melo Cruz, impulsora de la “Ley Olimpia”. Desde 2014 esta ley que reconoce y sanciona la violencia digital fue impulsada en los 32 Congresos de las entidades federativas de nuestro país, pero fue el 29 de abril cuando fue aprobada en el Congreso federal y en noviembre del 2020 el Senado también respaldó dicha reforma. Desde entonces hemos tenido claro que el trabajo más complejo es con las autoridades quienes siguen minimizando este tipo de violencia.
Las historias de mujeres que han sido víctimas y han denunciado, cada vez es mayor pues anteriormente la denuncia era sinónimo de exposición, señalamientos y vergüenza incluso no olvidamos a aquellas víctimas que resultado de esta vergüenza se quitaron la vida. Sin duda esta lucha está logrando que el miedo y la vergüenza cambie de bando. Uno de los casos más conocidos sobre violencia digital ha sido el de las alumnas de Mercadotecnia Digital del Instituto Politécnico Nacional quienes el 6 de octubre de 2023 encontraron en flagrancia, es decir en el momento en que se cometió el delito, a Diego N quien entonces era compañero de la misma carrera y en ese momento el estudiante fue puesto a disposición de las autoridades del plantel educativo y resguardaron su iPad.
En este dispositivo Diego N tenía fotografías íntimas de mujeres, algunas reales de sus compañeras de clase, y otras alteradas con inteligencia artificial, las cuales usaba con fines de explotación sexual digital. Son aproximadamente 160 mil imágenes y 2 mil videos, según la abogada Valeria Matínez. Después de este hecho las estudiantes se organizaron y fueron en total ocho mujeres las que denunciaron formalmente a Diego N ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, y se generaron un total de ocho carpetas de investigación.
El proceso ha seguido desde entonces y ha resultado no solo revictimizante para las alumnas del IPN y la abogada Valeria Matínez Mondragón sino desgastante pues, la audiencia para dictar sentencia sobre dos de los casos se llevó a cabo el 4 de diciembre después de haber sido aplazada con anterioridad y Diego N fue absuelto del delito de violación contra la intimidad sexual por parte del juez Francisco Salazar Silva argumentando que “No hubo un testigo de que el acusado alteró fotografías de jóvenes mediante inteligencia artificial.” No olvidemos que este mismo juez de Control en el Sistema Procesal Penal Acusatorio del Poder Judicial de la Ciudad de México no ha dictado en casos como el de Abril Pérez la sentencia máxima en casos de violencia familiar o tentativa de feminicidio.
Esta sentencia absolutoria para Diego N no lo pone en libertad y tampoco lo determina como inocente pues, tiene pendiente la audiencia por la presunta responsabilidad en el delito de pornografía infantil, relacionado con otra de las carpetas de investigación.
Valeria la abogada de las valientes alumnas que han levantado la voz me comparte su sentir después de este fallo absolutorio y menciona que “ La cita de la audiencia fue a las 14:00 hrs y fue dictada la sentencia hasta las 21:00 hrs, fue verdaderamente indignante que después de habernos desgastado en tantas horas el juez piense que leernos 15 minutos en la audiencia tratados internacionales, las leyes que protegen a las mujeres, las leyes que tratan de erradicar las violencias en contra de las mujeres es juzgar con perspectiva de género, evidentemente no es así porque de haberlo hecho no hubiera dictado una sentencia absolutoria sino que hubiera sentado un precedente importantisímo en Latinoamérica sobre la penalización a delitos de violencia sexual digital.”
Como mujeres, como activistas y como defensoras de derechos humanos nos indigna que el sistema judicial siga estigmatizando a las víctimas y buscando ponerse siempre del lado de los agresores, esto se traduce en complicidad, esa complicidad que nos sigue sometiendo a las mujeres a un sistema patriarcal en donde todo lo tenemos en contra y donde la justicia sigue siendo un privilegio para los hijos sanos del patriarcado.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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