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Por Frida Mendoza

“Si algo tenemos seguro por siempre es la incertidumbre”, es una frase que he oído muchas, muchísimas veces en terapia. Esta paradójica certeza que a nivel personal me ayuda a aliviar la sensación de querer controlar todo ha rondado mi cabeza estas primeras semanas del año ante la gran cantidad de cambios que hay en el país sin que sea para bien.

Una de ellas ha sido el futuro del periodismo sin el INAI. La respuesta simple es: seguirá habiendo grandes investigaciones, se buscará acceder a información pública aún sin el instituto porque así fue durante tantos años antes de que existiera. Pero una vez que te acostumbras a ejercer tus derechos es difícil soltarlos, como el derecho a pedir información.

Por ello, cuando me enteré que los abogados litigantes Melissa Ayala y Enrique Arcipreste darían un curso sobre cómo ejercer tu derecho de petición ante las autoridades y seguir accediendo a la información con distintos recursos legales vi oportuno inscribirme y prepararme para lo inevitable y calmar un poco esa incertidumbre que viene ante la nueva etapa que enfrentamos.

No puedo negar que aprendí muchísimo pero también me quedó un sabor de boca muy raro. Nuevos procesos, complejos y burocráticos, vienen. ¿Más opacos? Posiblemente.

Sin embargo, el sinsabor (ante algo que podría sospecharse) aumentó cuando llegó a mis manos una carta: la de las 350 mujeres trabajadoras del INAI hacia la presidenta Claudia Sheinbaum.

Y es que con la extinción de los órganos autónomos en este momento todo lo que sabemos es que no sabemos nada con certeza… y sus trabajadoras y trabajadores tampoco.

Bien es sabido que el inicio de año o los inicios de sexenio traen consigo una fuerte incertidumbre laboral, ¿pero qué pasa si el lugar en el que trabajas vive una muerte lenta, extraña y anunciada?

Como sabemos, a finales de noviembre de 2024 el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó la extinción de siete órganos autónomos (Coneval, Cofece, IFT, MEJOREDU, Comisión Reguladora de Energía, Comisión Nacional de Hidrocarburos e INAI) para que estos sean absorbidos por distintas secretarías.

En el caso del INAI, la Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno liderada por Raquel Buenrostro será la que absorba las funciones del instituto que salvaguardaba el derecho a la transparencia y la protección de datos personales.

¿Pero qué pasará con quienes trabajan ahí? A continuación reproduzco parte de la carta que las mujeres trabajadoras hicieron llegar a la presidenta:

“Estimada Presidenta Sheinbaum, 

Nos dirigimos a usted las mujeres trabajadoras del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Nos sentimos inspiradas por sus palabras al asumir la Presidencia cuando afirmó que no llega sola, sino que llegamos todas las mujeres de México junto con Usted y hace algunos días lo volvió a reiterar. Nosotras, mujeres independientes, trabajadoras, muchas de nosotras madres de familia y en algunos casos, el único sostén económico de nuestros hogares, nos sentimos representadas y fortalecidas por su liderazgo. 

Ante la próxima extinción del INAI, nos encontramos en una situación de incertidumbre respecto a nuestro futuro laboral. Por ello le solicitamos con humildad y firmeza que revalore nuestra situación y nos brinde su solidaridad para garantizar el respeto de nuestros derechos laborales. Pedimos que se considere nuestra situación para permanecer laborando en las Secretarías en las cuales se vayan a asignar las funciones del INAI.

Cabe aclarar que nosotras no formamos parte de los grupos de poder que, en su momento, tomaron malas decisiones administrativas que derivaron en el desgaste del INAI por las situaciones que se dieron al interior sobre presunta corrupción, somos totalmente ajenas....”

Entonces… llegaron todas ¿pero sin trabajo? Se han cumplido 8 días de que sobre la carta fechada el 15 de enero quedara impreso el sello de acuse de recibido y se le asignara un folio de seguimiento -que pude verificar- pero no ha habido hasta el momento ningún posicionamiento o respuesta pública que le dé certeza a las 350 mujeres trabajadoras del INAI, pero también a los trabajadores hombres del instituto y a todo el personal de los órganos autónomos extintos.

Estamos ante un proceso logístico complejo en el que si bien hemos hablado de los problemas profundos a los que nos enfrentaremos sin la existencia de esas instituciones, hay un problema inmediato, uno que a una gran mayoría afectará. El desempleo puede tomar un tono muy distinto si hablamos de puestos directivos al de administrativos que apenas no llegaban ni a dos salarios mínimos mensuales.

Claro que llama la atención que las trabajadoras se deban deslindar de las acción de los puestos más altos de poder que fueron auditados y presentaron irregularidades, que usaron tarjetas con fines totalmente distintos, que incurrieron en corrupción, porque solo se demuestra que quienes menos la deben pagan más caro los platos rotos y no se está barriendo de arriba hacia abajo.

Todo era perfectible y aún duele saber que estamos retrocediendo en procesos como el acceso a la información, pero más allá de preocupaciones que si bien son generales, no son preocupaciones tan inmediatas como ese “¿y ahora cómo le voy a hacer?”.

Saber que la incertidumbre siempre nos acompaña claro que ayuda a disminuir altas expectativas pero si la incertidumbre es laboral y depende de las acciones de la presidenta que prometió que todas llegan con ella, sería importante pensar en que todas lleguen sin una desventaja económica provocada por el desempleo.

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@FridaMendoza_

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