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Por Frida Mendoza
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Para México y el mundo, hoy amanecemos con una noticia histórica: habemus presidenta. Por primera vez una mujer gobierna México y será Claudia Sheinbaum. 

Las posturas en torno a la mujer que es la virtual presidenta de México van a variar, pero para mí, hay algo aún más histórico de esta jornada: la presencia de los más de 110 mil desaparecidos en las boletas electorales.

La campaña inició unas semanas atrás: colectivos de desaparecidos nos llamaban a anular el voto, pero si alguna persona pensaba en anular porque ninguna candidatura los representaba, se hacía la invitación a nombrar a las personas desaparecidas.

La invitación no recibió la difusión ni la aceptación total de muchas personas, e incluso muchas personas tacharon de ignorantes y mandaron a leer a quienes anunciaban que votarían por una persona desaparecida. El voto razonado, pues.

¿A leer? ¿A leer que las familias buscan que aunque sea, los nombres de sus hijas e hijos aparezcan en una boleta y se sumen a un registro? ¿Es ignorancia de verdad?

Este llamado fue histórico, la participación desde redes sociales, nombrarlos, colocar sus fotografías, todo eso fue histórico también.

Iniciamos nuevos ciclos, en unos meses iniciamos un nuevo sexenio, nuevos conteos, cifras, nuevos análisis a partir de la historia que traemos a cuestas y entre eso está el doloroso recuento de la desaparición, las fichas ignoradas, las fosas clandestinas halladas por mujeres con camisetas con los rostros de sus seres amados que no llegaron a casa.

De parte de muchas personas (basta con ver las cuentas en redes sociales de la Glorieta de las y los desaparecidos, de colectivos de familias buscadoras como FUNDENL o Hasta Encontrarles) y la mía, la desesperanza, la rabia, la urgencia, la falta de representatividad y la indignación colectiva ante un país de desaparecidos.

Porque así como se llamó a un voto digno, se dé una respuesta digna a la crisis de desaparición en el país.

Para elocuencia, la traducción de Gabriela Jaúregui a la obra original I Want a President de Zoe Leonard:

“Quiero una presidenta que no haga promesas de campaña y luego haga exactamente lo opuesto. Quiero que tumbe el sistema diseñado para reproducir la mierda que juró cambiar (...) Quiero una presidenta que regrese a los militares a su cuartel. Quiero una presidenta que nunca culpe a las víctimas de feminicidio por su muerte ni a los cientos de jóvenes asesinados porque ‘en algo andaban’. Quiero una presidenta que haya buscado a sus

desaparecidos con picos, con palas, con barillas y sus uñas porque una presidenta que no sabe de eso es una indolente.

Presidenta, ni usted ni yo tenemos un familiar desaparecido, pero más de 110 mil familias sí. Presidenta, ¿sí les hará caso?

✍🏻
@FridaMendoza_

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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