Por Gabriela de la Riva
Desde la famosa pandemia y mi complicado y nada grato long covid he estado en este grupo generoso y talentoso sin atreverme a escribir.
Sin embargo, ayer sucedió algo que me hizo saltar de mi letargo, y reflexionar un poco más acerca de una situación que me tiene preocupada, triste pero también muy enojada.
Ante una terrible e impensable agresión a dos amigas y compañeras de Opinión 51 (Silvia Cherem y Adina Chelmisky) en la FIL de Guadalajara y comentándolo con preocupación y coraje a una mujer muy cercana y colega en varias batallas, ella me respondió con una frase que me dejó fría: “no te pongas del lado de los judíos… ¿No ves que la gente culta, las feministas, las universidades son ahora los que apoyan la causa palestina? Por algo será…”
¿Me estaba tratando de decir que hoy lo cool es apoyar a la supuestamente “causa palestina” y hablar mal o atacar a los judíos ? ¡No lo podía creer! Me lo decía una feminista de hueso colorado que ha participado conmigo en algunas marchas y firmando peticiones. Yo siempre he dicho que no soy feminista, pero que defiendo, acompaño y estoy a favor de muchas mujeres violentadas, asesinadas o no respetadas por ser mujeres. Y así las causas que considere justas.
¿Es real que está surgiendo un antisemitismo que me negaba a aceptar como algo posible en ésta época? ¿Qué es lo que está moviendo a feministas, defensores de causas LGTB+, maestros de universidades o jóvenes con cierto nivel de cultura a apoyar a grupos terroristas y a negarse a hacer un análisis más frío y neutral de lo que pasa en el mundo?
Es esto posible cuando por el otro lado vemos hechos en donde justamente los palestinos son las principales víctimas de grupos terroristas entre ellos Hamas… que se ha dedicado a adoctrinar a sus niños, a perpetuar ataques terroristas, a tener sometidas a sus mujeres, a utilizarlos como escudos humanos ante los ataques israelíes y a mentir y simular muertos en especial niños y mujeres que son mediáticamente más impactantes?
Pero no se trata de analizar hechos que se pueden consultar en cualquier medio confiable o de ver si se justifica porque su carta fundacional asegura que Israel no debe existir… Pero tampoco los infieles judíos, cristianos, ateos o palestinos que no cumplan con su doctrina y preceptos musulmanes al pie de la letra.
No se trata de entender el por qué estos terroristas se refugian en subterráneos debajo de escuelas y hospitales, o de cómo las mujeres en un contexto fundamentalista son víctimas de matrimonios forzados, poligamia, prohibición a la educación, o a opinar sobre cualquier tema. Y cómo aún así hay mujeres que han protestado y han sido asesinadas por defender sus derechos fundamentales. Y siguen queriendo vestir y hablar como cualquier mujer en México, y tener mínimos derechos sobre su cuerpo y su mente.
¡¡No…!! podría seguir pero no soy experta en el tema y tampoco política. Soy una mujer mexicana-guatemalteca común y corriente que ha tenido la oportunidad de vivir en Israel, conocer judíos, árabes y palestinos y contar con su amistad.
Que conoce cómo en Israel han convivido con judíos los palestinos y los árabes musulmanes que quieren estudiar, trabajar y vivir en paz. Y como todos han sido víctimas de ataques suicidas, acuchillamientos, o misiles que a diario y durante años han soportado los ciudadanos israelis de diferentes orígenes y no todos judíos por cierto.
Se nos olvida que esta guerra la provocaron los terroristas de Hamás (que no “los palestinos”) al entrar y cometer los asesinatos más espantosos que he podido tener la oportunidad de ver porque ellos mismos los filmaron y los celebraban con sus famiias. Así mataron, quemaron, degollaron, violaron y descuartizaron a bebés, niñas y niños, jóvenes que disfrutaban de un concierto por las paz en una zona en donde convivían judíos israelis y árabes palestinos que les gustaba la música.
No quiero pensar qué hubiera yo hecho si unos terroristas entran a mi casa y queman en un horno a uno de mis nietos, violan y degollan a mi hija o torturan y matan a mis papas. ¡¡Yo salgo y mato sin pensar a los que lo hicieron!! Pero resulta que encima, me van a acusar de genocida, ¡y me van a recordar que los asesinos son las víctimas!
Quisiera que mis amigos judíos sientan que no todos estamos emulando a Hitler y atacándolos por practicar una religión que no es la misma, vivir en Tecamachalco o hablar hebreo.
Quisiera que hoy Silvia y Adina que son solo dos mujeres que están viviendo lo que miles de judíos en el mundo, estén seguras que hay muchos no-antisemitas de closet que no se atreven a salir a defenderlas porque les da miedo no estar del lado cool de la historia. Pero también hay otros que sí somos amigos y vamos a arroparlas defenderlas y quererlas siempre.
Me parece absurdo que muchas feministas, gays, lesbianas, trans, estén defendiendo a Hamás. Solo quisiera que se imaginaran qué podría pasarles si fueran unos días a vivir allá y trataran de expresar o hacer lo que aquí hacen cada día sin temor a ser matadas a pedradas, juzgada en un día, encarceladas o fusiladas.
Me solidarizo y defiendo a mis amigas que quieren publicar o defender su postura política en la actual guerra.
Les doy un abrazo a amigos como Tzachi, Meyrav, Alon, Ariav, que viven en Israel, sus hijos irán al ejército y seguirán asistiendo a conciertos de música en donde no se pregunta qué religión o ciudadanía tienen los asistentes. A Esther, Deborah, Isaac, que viven y trabajan en México y que están sintiendo cómo sus amigos mexicanos tratan de tomar distancia por no verse mal ante la sociedad.
No puedo decir en este momento lo que siento y como se me revuelve el estómago.
Viene a mi mente el libro de Anna Frank que leí en mi adolescencia, o el de Víctor Frankl que relataba su historia en varios campos de concentración durante el holocausto y me daba tantas lecciones de vida (El hombre en busca de sentido) que quiero volver a leer.
¿Es posible que estemos permitiendo que en México se viva la misma insólita historia de la segunda guerra mundial? ¡Sí! Aunque parezca exagerado.. son las mismas señales iniciales …
¿Debo creer que esos grandes capitales invertidos en universidades y en medios de comunicación para apoyar la destrucción de judíos esté dando resultado?
….
La gente no es buena o mala, son capaces de lo mejor o de lo peor.
Ana Frank
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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