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Por Gabriela Sotomayor

Es mucho más fácil tomar una fotografía panorámica cuando uno está lo suficientemente lejos para poder captar la totalidad del paisaje que se admira desde el otro lado del lente. Quizá los estadounidenses que votaron por el presidente Donald Trump todavía están pasmados y no acaban de digerir la situación. Están adentro. Muchos hundidos en su propio túnel. Otros no dan crédito a la traición que acaban de sufrir por parte de su presidente, la misma persona por la que votaron. Trump los utilizó para llegar a la Casa Blanca y una vez que sus votantes lo llevaron a la silla presidencial, los mandó a la fregada, o quizá un poco más lejos.

 Los republicanos que votaron por Trump entregaron el poder de la primera potencia mundial a un millonario caprichoso, bully de tiempo completo, astuto, buenísimo para el “business” e implacable con el “billeye”. Se hizo con el poder a pesar de los lamentables hechos del Capitolio cuando dejó su primer mandato, a pesar de los policías muertos y a pesar de el asalto del que fuimos testigos y que no podíamos creer lo que veían nuestros ojos.

¡Esto está pasando en Washington! ¡En la capital de la democracia, del mundo libre, de la libertad de expresión! ¡Están irrumpiendo en el Capitolio un grupo de resentidos manipulados por el hombrecillo naranja! . Y le cambiamos a CNN, BBC, ABC, NPR, FRANCE 24H y hasta el Svenska de Suecia. Y nos metimos a la AP, Reuter, AFP, EFE, Kyodo News, ¡hasta Xinhua! En todos los medios estaba la misma imagen de un tipo con un penacho. Casi igual al que se ponía un grupo de rock brasileño Secos y Mojados que cantaba “Oh Vida”. El cantante, era un tanto desafinado, pero se contoneaba de manera sexy y tan graciosa que cuando salían en la TV mi papá decía “¡Quítenle a esos payasos!”. Desde esos tiempos ya llovió. Pero estábamos en que el líder de los manifestantes que irrumpieron en el corazón del Capitolio no era muy original: “Hombre blanco con penacho pluma blanca y cuernos copiando a rocanrolero brasileño de los 60” . En fin.

Se especuló en ese momento que Trump no quería dejar la presidencia, que tenía planeado dar un golpe de estado. detener al vicepresidente Dick Cheney para poder hacerse del poder sin que la Constitución lo tocara y además con el sustazo que le pusieron a Nancy Pelosi y a su marido en su propia casa la dejaron “quietita y calladita se ve más bonita” (odio ese dicho por cierto). Ahora, después del pésimo gobierno de Joe Byden vuelven a surgir las mismas dudas con Trump. ¿Estará planeando todo para quedarse un tercer mandato? Se sabe que en EUA los votantes no cambian el partido gobernante cuando están en guerra (casi siempre), pero ahora, Trump declaró la guerra comercial a todo el mundo incluyendo los propios estadounidenses que ya fueron al supermercado y se encontraron con que la carne para las hamburguesas estaba considerablemente más cara, lo mismo los limones, el aguacate, los coches, el acero, aluminio y un largo etcétera. Pero apenas empieza su sexenio, acaba de cumplir 70 días en el poder. ¡Todavía falta un “largo y sinuoso camino”! , como dijeran Los Beatles. Y aún así ya está dando señales a ronco pecho de que “un tercer mandato no lo descartaría”. El problema es que la canción que viene cantando el presidente no es nada bonita y la tonada es bastante lúgubre. 

Trump le declaró la guerra al mundo entero desde el Salón Oval sin armamento pesado ni bombas, solamente disparó un misil que dio en el corazón del comercio internacional y del orden económico. Una situación nunca vista de la que quizá nadie, ni siquiera el mismo hombre de piel naranja, sabe qué va a pasar. Son tiempos difíciles, convulsos, en momentos en los que la humanidad menos lo necesita. ¿Pero qué le importa el mundo a un experto en negocios? Ni siquiera Israel se salvó del 10% de aranceles. Y eso que son “amigous”. “Businness are bussiness” , diría Trump y si te veo no te conozco.

Peligran avances de desarrollo sostenible, de salud, de mortalidad infantil y materna, peligran programas de vacunación auspiciados por la ONU, peligran refugiados en tiendas de campaña esperando por asilo, peligran las colegiaturas que los padres deben pagar en universidades, en las escuelas, la ida al supermercado será ahora para muchos la hora del martirio, incluyendo a las amas de casa de la clase media americana. Claro Trump jamás se ha preocupado por la cuenta de las cervezas en el súper. Y las amas de casa Las mismas que votaron por quien fuera un galanazo, conquistador y violador, cuya frase célebre es: “Grab’em by the pussy”. Así el nivel. 

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