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Por Gloria Estela Cossío Hernández

La vida tiene giros inesperados y a veces la casualidad nos trae noticias que jamás imaginamos recibir. Para mí fue un diagnóstico de cáncer de mama. Cuando escuché la palabra “cáncer” el miedo invadió todo mi cuerpo y supe que esa noticia cambiaría mi vida. Pero como en toda historia, después de la tormenta llega la calma y con ella la oportunidad de descubrir el poder de la detección oportuna y cómo un gesto de solidaridad puede marcar la diferencia. Hoy quiero inspirar a otras mujeres a no temer y confiar en  la Caravana Rosa de ADO porque hay mucho por vivir y la detección oportuna  es el primer paso.

 

Esta iniciativa no solo me dio la oportunidad de realizarme una mastografía gratuita, sino que me mostró el valor de actuar a tiempo. Sentada en un autobús de ADO jamás imaginé que aquel estudio, realizado por una feliz coincidencia, sería el comienzo de una nueva etapa. Me encontraron algo en el pecho, que de no haberse detectado a tiempo podría haber cambiado el rumbo de mi historia.

 

A muchas nos cuesta detenernos y pensar en nuestra salud. Siempre hay algo más urgente: la casa, los hijos, las responsabilidades. Pero yo aprendí que tomarse unos minutos para una mastografía puede hacer la diferencia.  Esta experiencia me devolvió  la esperanza de un futuro que creí perdido. Ahora quiero compartir mi testimonio para que más mujeres reciban este regalo de vida.

 

Estuve ahí cuando ADO anunció que este año aumentaría a 13 los Estados beneficiados con mastografías gratuitas. Yo pensé: “¡Qué buena noticia para todas! Así más mujeres van a poder hacerse su estudio sin preocuparse por el dinero” y les permitirá sentirse tranquilas sabiendo que hicieron algo para ellas mismas.

La detección oportuna es una de nuestras mejores aliadas. Gracias a Caravana Rosa, a FUCAM y a quienes hacen posible este esfuerzo he visto cómo la esperanza renace cuando menos lo esperamos. Saber que a través de este programa se han detectado 21 casos de cáncer de mama y que muchas mujeres han accedido a estudios que de otro modo no podrían haber tenido me llena de gratitud.

 

Con este testimonio quiero compartir mi amor por la vida y espero inspirar a más mujeres a armarse de valor, a recordar lo mucho que significan para sus seres queridos y a hacerse una mastografía. A veces solo necesitamos un pequeño empujón para recordar que nuestra salud es lo más valioso.

 

El tiempo que dedicamos a cuidarnos es tiempo invertido en un futuro lleno de esperanza. No olviden que cada mañana es una nueva oportunidad para sonreírle a la vida, abrazar a quienes amamos y descubrir que incluso en los momentos más difíciles la esperanza puede encontrar su camino.

 

Hoy quiero ser ese recordatorio para ti. No es una casualidad que estés leyendo esto. Tómate unos minutos, acude a Caravana Rosa. Porque puede ser la oportunidad que estabas esperando. No estás sola y hay una comunidad que te apoya, te cuida y te invita a recordar que en cada revisión nos armamos de valor porque que hay mucho por vivir.

 

Una mastografía puede ser la diferencia entre un diagnóstico a tiempo y la oportunidad de seguir disfrutando la vida.

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