Por Graciela Rojas
En un contexto global cada vez más interconectado y dependiente de la tecnología, la participación de las mujeres en la economía es un indicador clave para evaluar el progreso de un país en términos de igualdad, innovación y crecimiento. Sin embargo, en México, la realidad de la inclusión femenina en la economía es todavía una tarea pendiente. A nivel nacional, la participación de las mujeres en la economía es de apenas al 46%, una cifra baja si la comparamos con el promedio de 67% de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Esta brecha de género no es homogénea en todo el territorio nacional. Existen estados como Chiapas, que presentan un enorme potencial de crecimiento económico si se lograra incorporar a las mujeres en mayor medida a la economía. De acuerdo con datos del IMCO, en este estado, el Producto Interno Bruto (PIB) podría incrementarse hasta en un 31.8% si las mujeres se integraran plenamente al mercado laboral, lo que representa una oportunidad significativa para el desarrollo local. Le siguen Guerrero y Oaxaca, con incrementos potenciales del 16.2% y 11.6%, respectivamente, otras entidades con crecimientos notables serían Hidalgo, Tlaxcala y Zacatecas.1 Este panorama muestra que la inclusión femenina no solo es una cuestión de justicia social, sino de crecimiento económico para el país.
Aunque el país ha avanzado en la reducción de la brecha de género en el mercado laboral, los datos muestran que entre 2014 y 2024 la participación de las mujeres en la economía mexicana sólo pasó del 43% al 46%, es decir, se trata de un progreso muy lento. De continuar así, las brechas de género seguirán siendo una limitante para el desarrollo y crecimiento del país.
Los beneficios de integrar plenamente a las mujeres en el mercado laboral son claros, de acuerdo con las cifras del IMCO, el PIB del país podría aumentar en 6.9 billones de pesos en la próxima década.
Para que las mujeres puedan integrarse exitosamente en la economía es necesario adoptar un enfoque integral que aborde los factores estructurales y sociales que aún limitan su participación. En primer lugar, se debe erradicar la violencia contra las
1 https://www.eleconomista.com.mx/estados/chiapas-guerrero-oaxaca-mayor-potencial-reducen-brecha-genero-20250305-749266.html
mujeres. En segundo lugar, se debe crear un sistema de cuidados funcional que permita a las mujeres equilibrar su vida laboral con sus responsabilidades familiares.
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