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Debanhi y los más de 260 feminicidios
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Audiocolumna narrada por la autora

Es inverosímil que en México las mujeres no tengamos garantizada nuestra seguridad al salir de casa o estando en ella. No importa si vamos a la escuela, al trabajo o a una simple fiesta. Ser mujer en México es vivir con el terror de poder ser la próxima víctima de violencia o feminicidio.

Las inextricables circunstancias que rondan la muerte de Debanhi Escobar constatan nuestra terrible realidad. La violencia de género no para, tanto por lo que respecta al acoso y hostigamiento sexual, como por la manifestación máxima de violencia hacia las mujeres: el feminicidio.

Tan solo durante los primeros dos meses de este año se reportaron 155 casos de feminicidios a nivel nacional, según el informe del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), y son el Estado de México con 22, Veracruz con 15, Nuevo León con 14, Ciudad de México con 12 y Oaxaca con 11 las entidades federativas con los mayores índices.

De hecho, el estado de Nuevo León ha ocupado los primeros puestos a nivel nacional con el mayor número de feminicidios desde 2015, cuando comenzó a contabilizarse este delito. Según datos del SESNSP, el estado ocupó la cuarta posición en 2017 con 43 casos, la primera en 2018 con 79, la cuarta en 2019 con 67, la tercera en 2020 también con 67 casos y la quinta en 2021 con 66 feminicidios.

Debanhi, ¿qué horrores sufriste dentro de ese Didi para decidir bajarte y caminar por la carretera de Escobedo a Nuevo Laredo en la madrugada? Seguramente pensaste que tu vida corría más peligro en manos de ese conductor que al estar a la deriva en esa solitaria carretera.

Justamente las circunstancias de la desaparición y muerte de Debanhi nos hacen pensar que los programas, campañas y estrategias políticas a favor de la erradicación de la violencia contra las mujeres no marchan bien, se necesitan más. Ante todo, se necesita que el fiscal del estado responda con su cargo por las muertes de Debanhi Escobar, de María Fernanda Contreras y de las otras mujeres asesinadas desde el 2018 hasta la fecha.

Desde que Gustavo Adolfo Guerrero Gutiérrez ocupó la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León en 2018 se han cometido más de 260 feminicidios en el estado. Además, varios municipios están en alerta de género por el incremento de los casos de violencia hacia las mujeres. ¿Cuántos feminicidios más se necesitan para que el fiscal renuncie por la incapacidad de llevar ante la justicia a los feminicidas de esas más de 260 mujeres? ¿Cuántos de esos asesinos han seguido libres y cometiendo más feminicidios durante esos años?

En redes sociales insensiblemente han tratado de culpar sobre su muerte a los padres, las amigas o a la propia Debanhi. La realidad es que tenemos un país roto que tardará tiempo en reconstruirse. La desaparición y muerte de Debanhi es el vivo ejemplo de los alcances ilimitados a los que ha llegado la violencia de género: asciende paulatina y constantemente del acoso a la violencia sexual, de la interacción a la explotación y trata, del maltrato físico al feminicidio, de la impunidad a la anulación de la libertad y seguridad.

Por ello, es perentorio que se destine un presupuesto razonable en pro de las mujeres. Y es que el monto asignado en el presupuesto federal para los programas de combate a la violencia contra las mujeres es prácticamente insuficiente, pues el 0.016% destinado para tal efecto difícilmente tendrá los alcances necesarios para mitigar la violencia de género.

Debanhi, tu imagen se quedará guardada en la lucha que debemos seguir en México para erradicar el feminicidio y la violencia en contra de las mujeres.

@heidiosuna

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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