Por Heidi Osuna
Uno de los grandes problemas de América Latina es la carencia de oportunidades para todos; esto se traduce muchas veces en la necesidad de cruzar las fronteras y encontrar nuevas formas de sostenerse, lejos de seres queridos y muchas veces, teniendo que lidiar con barreras culturales y de lenguaje.
Sólo en 2022 se detectaron 70 mil menores en estado de ilegalidad en el país del norte, y en lugar de encontrar oportunidades de estudio o desarrollo se han topado con explotación por parte de muchas empresas que -como lo mencionó The New York Times- se aprovechan de ellos para convertirlos en mano de obra de bajo costo.