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Por Heidi Osuna

Cada pérdida de vida humana es una tragedia que debería conmovernos a todos. La violencia, en todas sus formas es injustificable y sólo perpetúa el dolor y el resentimiento.

Hace semana y media que iniciaron los ataques entre Israel y Hamás, y el saldo de este conflicto es devastador. Frente al ataque brutal y despiadado de Hamás, Israel declaró la guerra y emprendió un ataque indiscriminado en contra de Palestina, desencadenando un atroz campo de batalla que ha cobrado la vida de miles de civiles atrapados en el fuego cruzado.

¿Qué nos ha dejado al mundo esta escalada en el conflicto? Nos ha desnudado cómo humanidad mostrándonos que la religión nos ha polarizado más y que la violencia no es la respuesta para la resolución de conflictos. La respuesta radica en respetar la ley y los derechos humanos. 

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.