Por Amy Glover Drake
I can bring home the bacon
fry it up in a pan,
and never let you forget you’re a man,
Cuz, I’ma woman!
Enjoli perfume commercial, for the 24-hour woman, 1980
La glorificación de la maternidad hace mucho daño a las mujeres, tanto a las que tienen hijos como a las que no. Ser madre es una gran responsabilidad con implicaciones de largo alcance para la vida de una mujer, tanto en lo personal como en lo profesional. No es un papel que todas deberíamos sentirnos obligadas a cumplir, ni es algo imprescindible para tener una vida plena. Y el hecho de que nuestra sociedad haga tan poco para apoyar a las mujeres y a las familias con niños, es una indicación de que el enaltecimiento de la maternidad cada 10 de mayo es más una lavada de consciencia colectiva que un verdadero reconocimiento del costo altísimo de ser madre.
Decidí ser madre porque fue el próximo paso más lógico después de haber estado casada cuatro años. No entendía lo que implicaba; jamás siquiera había cambiado un pañal y tampoco sentía un interés particularmente marcado por los niños. Pensé que ser madre era algo que debería hacer, otra meta a alcanzar. Y yo siempre fui una persona de metas.