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Por Amy Glover Drake

Justo cuando pensamos que estábamos avanzando en el tema de la igualdad de género, los señores del poder nos ofrecen ejemplos contundentes de que todavía hay mucho terreno por recorrer. Frecuentemente utilizan el título de la esposa, el ama de casa, la mujer grande de canas para minimizar a las mujeres que les obstaculizan: las señoras.

No cabe duda que las mexicanas hemos tenido razones para celebrar en los últimos días. La Suprema Corte confirmó el derecho de la mujer sobre su propio cuerpo al legalizar el aborto a nivel nacional; esto es importante sobre todo para las mujeres con menos poder económico.  Según un estudio de Ipas México “penalizar el aborto no evita su práctica, sin embargo, la restricción legal sí conlleva a abortos inseguros o peligrosos y por ende a un incremento en la morbilidad y mortalidad al no contar con proveedores calificados y condiciones higiénicas adecuadas”.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.