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Por Bárbara Tijerina
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Las emociones son necesarias para sobrevivir, ellas preparan al organismo para enfrentar los retos que vengan. Nadie sabe cuándo llegarán, pero al surgir generan una producción de neurotransmisores y químicos que hacen que el cuerpo se anticipe y esté en condiciones para lo que venga, paralizarse de miedo, bajar la energía por la tristeza para asumir una pérdida o llenarte de energía para pelear o huir.

Una emoción es un movimiento del alma o del ánimo, algo que nos sacude o nos ‘con-mueve’. La palabra aparece registrada en español desde el siglo XVII, cuando llegó del francés émouvoir, que denotaba ‘emocionarse’ o ‘conmoverse’, pero en realidad, su uso no se generalizó hasta el siglo XIX. El verbo francés provenía del latín emovere --formado por ex ‘hacia fuera’ y movere--, que significaba ‘remover’, ‘sacar de un lugar’, ‘retirar’, pero también ‘sacudir’, como suele hacer la emoción con nuestro ánimo.

Las emociones son como nuestra brújula que nos van dirigiendo para acercarnos a lo que nos produce alegría y placer y alejarnos de aquello que nos genera angustia, miedo o puede ponernos en peligro. Al cerebro le interesa antes que nada que sobrevivamos.

El domingo pasado, durante el Consejo Nacional de Morena se filtró un video en donde se vio a la aún jefa de gobierno Claudia Sheinbaum muy molesta e irritada cuando llegó a un foro y había otros grupos que la recibieron con expresiones del fuego enemigo.

Ella no puede contener su furia mientras le reclama a Alfonso Durazo por los gritos con los que la recibieron. Lleva meses en su “no-campaña”, rodeada de grupos de acarreados que la vitorean, aplauden y corren a tomarse la foto con ella. Le han cuidado con una maquinaria de estrategias de imagen, han mejorado su aspecto físico, su tono de piel, su maquillaje y su sonrisa la cual les ha costado meses para lograr que parezca natural. Videos, conciertos y hasta tik toks en donde debe verse ágil y simpática, una mujer “todoterreno” que hasta cambia el tono de voz para ser congruente con lo que ha logrado el presidente, “somos pueblo”. En esto se han destinado muchos recursos con dudosos resultados.

Nuestro cerebro está cableado para percibir cuando una sonrisa no es auténtica, cuando una emoción no es real.

Paul Ekman, uno de los psicólogos más importantes del siglo XX estableció que hay 7 emociones primarias que son innatas y universales, o sea, que se ven en el rostro igual en todo el mundo. Estas emociones son: asco, enojo, alegría, tristeza, sorpresa, miedo y desprecio.

Cuando aparece la emoción nuestro sistema autónomo activa el sistema simpático produciendo catecolaminas las cuales, entre otras cosas generan taquicardia, sudoración y sequedad de boca, esto provoca que tengamos más fuerza en manos y piernas, se afile la mirada y sintamos una fuerza vital que nos ayude a defendernos, eso no es malo, a veces necesitamos de ese impulso para decir: ¡Ya basta!

En el encuentro del gobernador de Sonora y Sheinbaum, se nota el enojo y la tensión en ella porque mantiene cerrado su puño izquierdo, se inclina hacia adelante imponiéndose, al invadir el espacio vital de él, hay tensión en la mandíbula y con el dedo índice derecho advierte a Durazo que ya se cansó. Es un “ya me cansé” pero no de fatiga, sino de establecer límites, es una forma de decir, que no va a permitir una más.  Verbal y no verbalmente está poniendo límites y amenazando.

El gobernador de Sonora adopta una postura sumisa, y la trata de evadir poniendo la mirada a un lado, y mostrando las palmas.

Claudia logra autorregularse, es decir controlarse unos segundos porque sabe que hay cámaras y hace una sonrisa más fingida que de costumbre para aquel fotógrafo.La carrera apenas comienza y se empiezan a ver desgastes. El ABC de la comunicación política es mostrar: seguridad, seriedad y cercanía, pero ahora también agregamos serenidad. Necesitamos líderes con inteligencia emocional que puedan sortear lo que venga.  Imágenes de un candidato (a) fuera de sí, no le ayuda. El mostrarse intolerante y amenazando, puede darle la vuelta y representar una amenaza para la imagen de un candidato (a).

*Bárbara Tijerina es licenciada  en Administración con especialidad en Inteligencia Emocional en la Educación, Lenguaje Corporal y Comportamiento Humano. Tiene  experiencia en asesoría y coaching en habilidades de comunicación tanto a nivel ejecutivo, como para figuras públicas en sector público como privado, participación en distintos medios destacados en México como Ferriz Live TV, Imagen Radio, El Heraldo Radio y tv y Radio Fórmula.

Ha tenido experiencia como docente en universidades privadas de México y para grupos privados, impartiendo materias en temas de liderazgo, comunicación y lenguaje corporal. Se ha desempeñado como speaker de diversas ponencias y conferencias y agrega a su trayectoria el lanzamiento de su libro en el 2021 “Lenguaje Sin Palabras ̈.

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@bartije

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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