Por Claudia Pérez Atamoros
Sirva de pretexto para entretejer historias el reciente estreno de la película La sociedad de la nieve basada en un hecho real en donde los supervivientes de un accidente aéreo se convirtieron en antroprófagos.
Tres han sido los filmes realizados al respecto. El primero fue Los supervivientes de los Andes (1976), México; el segundo, una producción norteamericana (1993) llamada ¡Vive!; y este, tercero, La sociedad de la nieve, a 48 años de aquella primera cinta y a casi 52 del tremendo hecho que marcó un hito en la aviación mundial.
El fatídico accidente que costó la vida a una veintena de pasajeros y tripulación y del cual sobrevivieron 16, sucedió en octubre de 1972 y no fue sino hasta la víspera de Nochebuena que el mundo se conmocionó al enterarse que luego de casi tres meses, algunos habían sido encontrados vivos.
Las noticias amarillistas y faltas de absoluta empatía no pudieron faltar. El notición era que se habían alimentado de cadáveres para lograrlo.
¡Caníbales!