Respira
Por Cristina Gutiérrez
Ayer se cumplieron dos meses desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás. Después de una breve tregua de siete días en la que se llevó a cabo el intercambio de 105 rehenes israelíes por 240 prisioneros palestinos, los ataques y bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza se reanudaron con más fuerza que nunca. Lo que está haciendo Israel en Gaza es una matanza indiscriminada sobre una población civil formada en un 70% por mujeres y niños y en solo dos meses ha creado una devastación y una crisis humanitaria pocas veces vista en un lapso de tiempo similar.
Los ataques israelíes sobre la Franja de Gaza han causado la muerte de aproximadamente 15,000 personas. Más de 5,000 niños han muerto y los heridos se cuentan por miles. Se estima que un niño palestino muere cada 10 minutos y muchos de los que sobreviven han perdido a toda su familia. En los hospitales de Gaza se ha acuñado el término WCNSR (Wounded Child No Surviving Relatives, en español: niño herido sin familiares sobrevivientes) para identificar a los muchos infantes que han quedado en la orfandad y sin ningún familiar sobreviviente.
Se estima que más de 2550 personas, entre ellas 1350 niños, están desaparecidas y podrían estar heridas o muertas bajo los escombros de los edificios destruidos. Los bombardeos indiscriminados del ejército israelí han destruido miles de viviendas y edificios, incluyendo escuelas, campos de refugiados y hospitales, generando el desplazamiento forzoso de más de 1.5 millones de personas según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
El colapso de los suministros de agua y electricidad y el acceso restringido a alimentos, medicamentos y combustible están causando graves estragos en la salud de la población, que ya desde antes presentaba altos niveles de desnutrición. Organizaciones de ayuda humanitaria internacionales advirtieron que los pacientes que se encuentran en los pocos hospitales que siguen operativos corren el riesgo de morir por falta de insumos y tratamiento médico. Según personal de Médicos Sin Fronteras, de no haber un alto al fuego definitivo “los hospitales en Gaza se terminarán convirtiendo en cementerios”.
En estos dos meses han muerto más periodistas en la Franja de Gaza que en ningún otro conflicto en al menos tres décadas. Según el recuento realizado hasta el 4 de diciembre por el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) un total de 63 periodistas han muerto desde el inicio de la guerra, el mayor desde que este organismo inició su recuento en 1992.
Por otra parte, la guerra que inició el 7 de octubre en la Franja de Gaza, también se ha visto reflejada en Cisjordania, la otra parte de los territorios palestinos, que desde 1967 vive bajo la ocupación israelí. Desde esa fecha los ataques y el acoso a la población palestina de Cisjordania por parte de las fuerzas armadas y de los colonos israelíes se han recrudecido de manera importante. Las Naciones Unidas han registrado más de 200 ataques de colonos en los últimos dos meses. La organización israelí de derechos humanos B’Tselem informa que desde el inicio de la guerra, 16 aldeas y sus 880 residentes palestinos han sido completamente desplazados como resultado de estos ataques; 180 palestinos han muerto y 64 han resultado heridos. Y mientras Israel llevó a cabo la liberación de 240 prisioneros palestinos en el intercambio de rehenes con Hamás, otras 2000 personas han sido arrestadas en Cisjordania desde el inicio de la guerra, incluyendo 200 niños. Gran parte de estos arrestos se han hecho bajo el régimen de “detención administrativa”, es decir, sin cargos ni posibilidad de juicio.
Lo que está sucediendo en Gaza es una crisis humanitaria sin precedentes con consecuencias devastadoras para una población civil formada en su mayoría por mujeres y niños. La violencia contra la población palestina en los territorios ocupados se ha intensificado significativamente a raíz del conflicto en Gaza y parece empeorar día con día. Todo esto está ocurriendo delante de nuestros ojos. No podemos seguir cerrando los ojos e ignorar esta realidad, si lo hacemos hemos perdido parte de nuestra humanidad.
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