Por Erica Salinas, activista social.
Soy sobreviviente de una “terapia” de conversión. Nunca supe lo que me había sucedido hasta que comencé a investigar para desarrollar el guión de mi cortometraje “Para:Sarah”, todo ese tiempo yo seguía pensando que lo que habían hecho conmigo estaba bien y que la que estaba mal era yo, en ese tiempo no sabía que yo había sido víctima de un ECOSIG (Esfuerzo para Corregir la Orientación Sexual y/o Identidad de Género).
Es por ello que considero tan importante que el 17 de mayo del 2014 haya sido declarado por decreto presidencial en México el Día Nacional de la Lucha contra la Homofobia, basándose que ese mismo día pero de 1990 la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales y a partir de allí se fue institucionalizando en diversos países para visibilizar esta lucha contra la discriminación y violencias hacia las personas LGBT+.
Sin embargo, a pesar de que desde hace 34 años la homofobia y la transfobia ya no eran consideradas como enfermedades, al día de hoy según resultados de la encuesta realizada por INEGI (ENDISEG), arrojó que medio millón de personas habían sido víctimas de estos ECOSIG. Es por ello que la organización Yaaj México inició hace seis años su lucha para prohibirlos en México y el pasado 26 de abril (día de la visibilidad lésbica, dicho sea de paso), el Senado de la República aprobó su prohibición y logramos convertirnos en punta de lanza en Latinoamérica. Porque finalmente podamos decirle a todes, que esto es tortura, que estas “terapias” están muy mal, que son muy peligrosas porque causan daños irreparables y por eso deben ser consideradas un delito.
Esto nos demuestra cómo la sociedad civil ha ido impulsando y trabajando en conjunto con todos los actores políticos que se necesitan para hacer estos cambios, pero, esto ha sido algo muy diferente a lo que se ha vivido en cuestiones legislativas de derechos humanos, porque generalmente vienen desde la Cámara de Senadores o Diputaciones y luego se armonizan los estados. Pero esta ha sido una lucha que viene desde abajo y es una lucha que está en todo el país, con cientos de miles de activistas y de personas y de sobrevivientes y de víctimas que estamos luchando, marchando en las calles, impulsando en los Estados, liderados por la organización Yaaj México que trabajaron de la mano de Genaro Lozano y las Senadoras Citlalli Hernández, Alejandra Lagunes y Patricia Mercado.
Y por eso fue histórico, esto que hemos logrado la sociedad civil organizada, y hemos dejado claro que no somos una minoría, somos cientos, miles y hasta millones de familias, que estamos muy bien organizados, preparados, unidos, porque unidos es como se ha demostrado esta fuerza que tenemos.
Y que sí, gracias a las voluntades políticas que hacen su trabajo, se ha logrado esta transformación, esta revolución, y hemos podido, millones de personas, celebrar este logro, que esta lucha que comenzó como un día a conmemorar hoy se convierte en una ley que protege las sexualidades disidentes.
Porque México ya no va a ser igual después de esto, porque nuestra comunidad ya no va a ser esa comunidad estigmatizada de enfermos y criminales, lo hemos dicho claro, lo hemos dicho fuerte, somos personas dignas de derechos y dignas de amar y ser amadas y eso lo logramos entre todos, siendo fuertes, siendo unidos, siendo una comunidad, siendo una familia.
Así que este día de la lucha contra la homofobia, no queda más que agradecer a todas las personas activistas que dieron su vida por nuestros derechos, por quienes aún dan todo de sí para que hoy en día podamos existir y vivir en libertad, muchas gracias, a las familias que apoyan, a las elegidas y a las de sangre, a todos los aliados, y gracias también a todas las personas que han salido a marchar, porque este es el resultado de una lucha que inició en las calles, y llegó a nuestra constitución.
Quisiera creer que esto sería suficiente, pero desgraciadamente sabemos que no lo es, como lo declara Ivan Tagle, este es un primer gran paso, que nos permite comenzar a trabajar en políticas públicas que nos ayuden a crear esta sociedad justa y libre de discriminación pero a la par también tenemos que trabajar en la parte cultural, accionar ante esta apabullante cis-heteronorma patriarcal que existe en los medios culturales, y aprovecho también hacer este llamado a creadores, a realizadores, a guionistas, por favor, o sea, ver esta diversidad y ponerla en sus películas, no sólo como la mofa y el escarnio, no sólo desde el prejuicio, sino romper esos estereotipos y podernos ver en las pantallas.
Es necesario comenzar a vernos representadas dignamente en los medios culturales, en los medios artísticos, tanto el cine, la televisión, y en todas estas formas que tenemos de expresión les artistas, tener esta ética y responsabilidad de incluir la diversidad tan valiosa que hace este México tan humano, tan diverso y sobretodo recordar al momento de crear que hay infancias y adolescencias queer que están viendo estas películas o esas expresiones artísticas ¿qué historia les estamos contando de su futuro posible?
Que la homofobia se elimine es trabajo diario, desde las leyes, desde el lenguaje, desde lo que creamos, recordar que la heterosexualidad no es la única forma de existir, como nos dice Chimamanda Ngozi en su libro de “El peligro de la historia única”, pero de eso hablaremos en la siguiente columna.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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