Por Gloria Piña
Consuelo no logró despedirse de su hija. Se enteró a través de las noticias que una mujer trans había sido asesinada y su cuerpo abandonado en las canchas de fútbol fuera del parque Cuitláhuac en la alcaldía Iztapalapa. Tenía golpes en el rostro y heridas de cuchillos.
“Es Vanessa, mamá. Tiene que ser ella”, de inmediato le informó su hija a Consuelo; ya que tenían algunos meses de perder comunicación con ella, después de que buscó su independencia al salir de la casa familiar.
Vanessa vivía a pocos metros del lugar donde fue encontrado su cuerpo. Compartía con algunas amigas una vivienda de lámina y por falta de oportunidades laborales, ejercía el trabajo sexual.
El 21 de febrero de 2024, Vanessa fue asesinada por Alexis “N”, quien era su vecino y de quien había recibido amenazas.
Pese a que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México investiga el caso como un feminicidio, al reconocer la identidad de género de Vanessa, la defensa del agresor sigue alegando que se trató de una “riña de un hombre contra otro hombre”.
Vanessa es una de las ocho mujeres trans asesinadas en la Ciudad de México, tan sólo en lo que va de este año. Samantha Fonseca, Debaly Vilchis, Debany y Alondra son los nombres de las víctimas, mientras que otras tres se encuentran en calidad de desconocidas, sin que sus cuerpos hayan sido reclamados.
De estos asesinatos ocurridos en Ciudad de México, únicamente tres se están investigando por razones de género. El resto como homicidios.
Aunque no existen cifras oficiales para contabilizar las agresiones y asesinatos contra mujeres trans, el Comité InclúyeT estima que durante este año han sido asesinadas 26 mujeres trans en México.
Después de Brasil, México ocupa el segundo lugar con más transfeminicidios, ya que de 2008 a 2023 se han registrado 701 asesinatos contra la población trans, de acuerdo con el más reciente informe de la organización internacional Transgender Europe.
Sin embargo, no hay cifras oficiales que permitan conocer la magnitud de la violencia, las causales y tampoco una visibilización a los factores de vulnerabilidad que enfrentan las personas trans.
LAS VIOLENCIAS QUE LLEVAN A LOS TRANSFEMINICIDIOS
En México históricamente se han silenciado e invisibilizado las agresiones en contra de la comunidad LGBTTTIQ+ Incluso, no existe aún el término de transfemenicidios reconocido ante las leyes, y con eso, los asesinatos contra la comunidad trans no están siendo contabilizados como agresiones en razón de género.
Desde marzo, Nayarit es el primer estado del país, y el único hasta ahora, en tipificar como delito los transfeminicidios. Los asesinatos en contra de personas trans deberán investigarse como agresiones por motivos de odio a su identidad sexual.
Esta modificación tuvo lugar a través de la reforma al artículo 361 Bis del Código Penal de Nayarit; con esto se emitió imponer una pena máxima de hasta 60 años de prisión, a quien cometa un transfeminicidio.
A través de la Ley Paola Buenrostro se busca la tipificación y el reconocimiento de crímenes mortales contra la población trans bajo el término de transfeminicidios. Esta ley fue impulsada por la activista Kenya Cuevas, directora de la organización Casa de la Muñecas Tiresias y recibe ese nombre en memoria de Paola Buenrostro, una mujer trans, trabajadora sexual, que fue asesinada a balazos en 2016 en la Ciudad de México.
Hasta el momento, la ley fue presentada ante el Congreso de la Ciudad de México por parte del diputado Temístocles Villanueva, sin embargo se tiene como plazo hasta agosto para que los diputados analicen la propuesta y puedan aprobar antes del término de la actual legislatura.
Para la activista Victoria Sámano, fundadora de Casa Lleca, un refugio ´para personas de la comunidad LGBTTTIQ+ los transfeminicidios son una consecuencia de la gran lista de desigualdades y formas de discriminación que se han normalizado hacia las mujeres trans.
Las mujeres trans que han sido asesinadas comparten historias de carencias, desigualdad, violencia y en su mayoría se encontraban viviendo en condiciones de precariedad o en situación de calle; además de que la falta de oportunidad las impulsa a ejercer el trabajo sexual, donde las dinámicas de violencia se aumentan contra ellas.
Como manera de prevención a estas máximas muestras de violencia contra las mujeres trans, la activista urge al gobierno por impulsar políticas de atención y apoyo hacia la comunidad, que implica acceso a ofertas laborales, programas sociales de apoyo a la vivienda digna, así como garantía de no discriminación al acceder a la justicia y a los servicios de salud pública.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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