Por Heredera Romanov
Hace mucho tiempo, en una tierra lejana, reinaba un monarca cegado por su propia vanidad. En su castillo de marfil, el rey vivía en un mundo de opulencia y engaño, convencido de que gobernaba con sabiduría y benevolencia.
Una aldea estratégica del reino, enclavada en la sombra de las montañas, se convirtió en el escenario de una tragedia inimaginable. Un tornado, como un furioso titán de la naturaleza, arrasó con sus calles y casas, dejando a su paso un rastro de muerte y desolación. Los habitantes, desesperados, luchaban por encontrar a sus seres queridos entre los escombros, sin agua ni comida para aliviar su tormento.