Por María Alatriste
¿Qué hay detrás de los generosos sacrificios que hacemos las mujeres que somos madres?
El otro día en un restaurante una mujer mamá llevó a sus 3 hijos de edades diferentes al sanitario (había dos niños y una niña), mientras el padre se quedó en la mesa observando su celular. Cuando regresaron y empezaron a desayunar ella se encargaba de todo y él además de desayunar seguía en su celular, no se involucraba, aunque los hijos constantemente le hablaran. Nuestra mesa estaba a un lado y era imposible no percatarse de lo que hacían. A la par, mi esposo le estaba dando de comer a nuestro hijo de 2 años que es muy tranquilo y yo sólo me dediqué a disfrutar mi desayuno. Terminamos antes, por lo que al irnos la madre de los tres hijos que antes mencioné se le quedó viendo fijamente a mi esposo como si fuera un santo.
Este momento me dejó una profunda reflexión. Aunque los padres se implican cada vez más en los cuidados, generalmente la madre es la designada principal en la crianza. El papel del proveedor y la madre que cuida, trabaja, se encarga de tareas domésticas y quién sabe qué más, son estereotipos aún normalizados, o sea, que las mujeres siempre podemos con todo.