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Por Martha Herrera

Hagamos visible y discutamos en el debate público las tareas de cuidados. En todo el mundo, el 76.2% del tiempo dedicado al trabajo de cuidados no remunerado está a cargo de mujeres. En la región, la diferencia entre el tiempo de trabajo no remunerado que dedican las mujeres con y sin ingresos propios varía entre 3 y 11 horas más que los hombres, semanalmente. Y en nuestro país, el tiempo que las mujeres dedican al cuidado de miembros del hogar con dependencia por discapacidad o enfermedad crónica es de 12.6 horas semanales.

En ese sentido, otorgar centralidad al cuidado se convierte en un elemento esencial de la construcción de un modelo de sociedad alternativo, cuyo fin y centro sea transformar las relaciones de poder que están en la base de la división sexual del trabajo, fomentar la sostenibilidad de la vida, terminar con la cultura del privilegio y garantizar la autonomía económica, física y política de las mujeres, entendida como nuestra capacidad para tomar decisiones libres e informadas sobre nuestras vidas, de manera de poder ser y hacer en función de nuestras propias aspiraciones y deseos, en el contexto histórico que las hace posibles.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.