Por Nora Cabrera
Cada año surge la pregunta ¿Cuál es el motivo que nos impulsa a marchar el 8 de marzo? La respuesta es profunda y arraigada en la realidad cotidiana de las mujeres; luchamos todo el año y este día esa lucha se visibiliza con la toma del espacio público de manera masiva. Esta marcha representa un espacio nuestro, un lugar de encuentro donde nuestras voces resuenan con fuerza, inspirando acciones y resistencias durante el resto del año. Para algunas, constituye una oportunidad única para ser escuchadas.
Nosotras, como feministas, nos movilizamos durante todo el año movidas por el dolor de las injusticias que nos afectan de manera directa y estructural.
Nos duelen las 11 mujeres diariamente asesinadas en México a causa de la violencia machista.
Nos duele la violencia sexual, que afecta al 50% de las mujeres según datos del INEGI.
Nos duele la persistente brecha salarial que no respeta nuestros derechos económicos.
Nos duele que en conflictos armados, como en Gaza y otras regiones, el cuerpo de las mujeres sea utilizado como botín de guerra.