Por Panambí Garcés
Fueron develados este miércoles los retratos oficiales de Barack y Michelle Obama en una ceremonia encabezada por el actual Presidente Biden. Desde México es tan ajena esa práctica que no se entiende por qué veíamos por segunda vez retratos de las máximas figuras de EE UU.
Por un lado, aquellas pinturas que se presentaron en 2018 fueron comisionadas para estar en la Galería de los presidentes y en la de las primeras damas, respectivamente, en el Museo Nacional del Retrato en Washington, uno de los más importantes del Instituto Smithsonian. El encargo fue a dos artistas afroamericanos: a Kehinde Wiley, el de Barack, y a Amy Sherald, el de Michelle.
Por otro lado, los que se develaron este miércoles estarán dentro de la Casa Blanca y fueron realizados por Robert McCurdy y Sharon Sprung, ambos artistas norteamericanos. Robert McCurdy pintó a Obama en el fotorrealismo característico de sus obras. Los fondos blancos son el lienzo común del artista en el que ha retratado a personalidades como Toni Morrison, García Márquez o Vargas Llosa, comisionados también por el Smithsonian. Sharon Sprung, mucho más prolífica, tiene una propuesta más interesante de uso del color, así como de patrones y estampados en las telas de las personas a las que retrata, así como expresiones serias en individuos resilientes y sensuales.
La tardanza de la presentación de los retratos de los Obama para la Casa Blanca no fue gratuita. Que un presidente de forma deliberada promueva la división y el encono impacta en aspectos tan relevantes como la economía y la toma de decisiones en la política, pero también en aquello que trasciende al día y día y cultiva la narrativa nacional e histórica de un país. Me refiero a Donald Trump.
Trump como presidente hizo todo por demeritar a los demócratas y más aún por denostar a los íconos de una representación distinta a la blanca caucásica y al Make America Great Again. Por su animadversión y racismo, canceló la tradición de develar los retratos de sus antecesores.
Esta tradición venía desde los años 60 y no se había interrumpido por el cambio en el partido en el gobierno como pudo haber sido el caso con los retratos de George W. y Laura Bush en 2012; incluso, permitió momentos de reconciliación nacional como lo fue la develación del retrato de Gerald Ford por Jimmy Carter en 1978. La ceremonia para mostrar una pintura significaba un momento institucionalizado de transición pacífica entre una presidencia y otra, sin importar si devenía del Partido Republicano o del Partido Demócrata.
En el mensaje que dictó este miércoles Michelle Obama mencionó sus orígenes de clase media para destacar que no se trataba de ellos o de las pinturas la ceremonia, sino que tenía como objetivo el cultivar una representación visual que permitiera a la niñez imaginar un futuro más allá de sus posibilidades.
El discurso de la representación que ha sido usado hasta la médula en los últimos gobiernos de los demócratas, ya sea con Obama o ahora con Biden, no es menor, en tanto que fortalece la mirada activa de los que participan y observan la democracia. La iconografía de los retratos tiene un peso importante en la vida política de EEUU y esta ceremonia de develación de retratos fue una forma de retomar y reconstruir la normalidad democrática, como una respuesta a la crisis derivada del deseo caprichoso de no querer mirar al otro.
@panambicita
Panambí Garcés es politóloga por la UNAM, diplomada en análisis político estratégico por el CIDE y en planeación y operación legislativa por el ITAM. Cuenta con estudios en restauración y conservación del arte por la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM) del INAH y en Introducción a la restauración por el Museo Nacional de Arte (MUNAL). Actualmente es Coordinadora de Asuntos Públicos en la Comisión para la Industria de los Vinos y Licores (CIVyL).
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
Más de 150 opiniones a través de 100 columnistas te esperan por menos de un libro al mes. Suscríbete y sé parte de Opinión 51.
Comments ()